1.- Yo no he visto partido más torpe que el PSOE. No ha aprendido todavía que lo que le interesa a los españoles en este momento es la vuelta al cole y no que Soria –yo no lo hubiera hecho– haya renunciado a su cargo en el Banco Mundial para no perjudicar a su partido. Esto a la gente que se sienta en el bar todas las tardes a tomarse un café le importa un coño; le importa mucho más sacar de la nada 70 euros para comprarle la mochila al niño para que lleve los libros, que ya ha retirado a plazos de El Corte Inglés, con mucho esfuerzo, porque hoy empieza el cole. El PSOE no lo entiende y ayer seguían algunos de sus voceros infames cargando como locos contra Rajoy y contra De Guindos por lo de Soria. Pero, pedazo de memos, si lo de Soria, porque él quiso, es ya historia. Yo sentí vergüenza ajena y apagué la televisión. Hasta los cronistas de derechas de toda la vida la han tomado con Soria y con Rajoy –por lo de Soria– y no me explico por qué, porque el ex ministro no es un delincuente, sino una persona decente que heredó una cuenta en Jersey de su padre. ¿Y qué? ¿Se puede ser tan cruel con la nada? El PSOE no aprende, porque cada vez que basa su estrategia en la corrupción, real o ficticia, como ésta, sale trasquilado. Pero sigue. Lo que no puede conseguir en las urnas, en las que va de puto culo, lo quiere lograr en los juzgados o en los medios de comunicación. Y a pesar de sus fracasos sigue, una y otra vez, dándole a la manivela de la maledicencia, de las palabras altisonantes y de la mala educación. Pero no tienen cabeza sus dirigentes porque lo que interesa ahora a la población de este país, lo juro por mi madre, es la vuelta al cole y las perras que hay que soltar para que el nene no desentone, que estudie y la clase media pobre pueda conservar su estatus. Lo de Soria, además de ser historia, no tiene el más mínimo interés informativo y si hay debate en la Comisión de Economía o en un pleno del Congreso, será un debate sobre lo que no existe; porque la candidatura de José Manuel al Banco Mundial no existe, porque él ha querido renunciar a ella, que, ya digo, yo renuncio, leches, a cobrar 220.000 euros al año. Ni que me lo diga el paralímpico argentino de Podemos, ni que me lo diga el manos flojas del PSOE de López Aguilar, ni el aguerrido socialista Pedro Saura, a quien cada vez que veo en una tertulia me paso a la cadena de al lado, aunque estén dando “Sálvame”, que ya es decir.
2.- Lo que sí da risa es la ronda de Pedro Sánchez, que se cree Gary Cooper. Pedro Sánchez no ha recibido el encargo de nadie para hablar con nadie. Yo no sé cómo Rajoy se puso al teléfono; con el Coletas estuvo hablando –también por teléfono– quince minutos más, total, 25; y con el de Izquierda Unida se reunió en persona. Se ve que se quieren. Este Pedro Sánchez huye tanto hacia adelante que se le va a terminar el territorio nacional, atravesará Andorra y se colocará en París. ¿Qué hará el PSOE con este chiquito, a dónde lo irá a mandar cuando acabe todo este martirio? Porque este martirio tiene que acabar: no hay mal que dure mil años, ni cuerpo que lo resista.
3.- El panorama nacional no anda revuelto, sino que busca la revuelta. Y es el PSOE, porque los demás no dicen esta boca es mía. El objetivo de Hernando, López, Luena, Meritxell y Micaela es sobrevivir ellos y salvar al soldado Sánchez. Siempre a cambio de algo, ¿eh?, que gratis no hay nada. Coño, pues que se lo lleven de mayordomo a Ferraz o que convenzan a Rajoy para que lo pongan en TVE a trasmitir Eurovisión, porque le gusta más una tele que a un tonto un lápiz. Pero para esto de la política no sirve, ha fracasado, es corto, le faltan luces y ha abocado a su partido a un precipicio. Porque el PSOE no ha conocido época más negra que la actual. Fíjense hasta qué punto que todavía se están metiendo con Soria después de muerto. No tienen ni tema.