jueves. 08.05.2025

1.- Por primera vez en mi vida me he quejado de los Reyes Magos. Me han traído tres calzoncillos, una camiseta que no me sirve y otro gayumbo más que no me lo pongo ni en el dedo gordo del pie. Así que he tenido unos Reyes pésimos por culpa de la puñetera crisis. No me ha llegado ni la socorrida colonia, ni la corbata que jamás me pongo, nada. Salí a comprar los Reyes de los demás y mi tacañería ha encontrado justo castigo. En el gran almacén he tenido que soportar al tipo con los pantalones pescador y las patas peludas que va delante con el niño en brazos, mientras la amante esposa y la odiosa suegra le siguen, sin dejar caminar a los demás clientes. La escena es patética, porque ocupan todo el pasillo. Ustedes, cuando vean a un sujeto con los pantalones pescador y un niño en brazos, huyan. Ese tipo es un calzonazos, patoso y antisocial al que le da lo mismo que la gente no camine. Y yo con un dolor en el talón terrible, que me ha tenido la semana cojo perdido, tal como el fenecido Cojo Manteca , pero sin sus reconocidos defectos que sería prolijo enumerar.

2.- Mi recorrido por las tiendas, sin desconsuelo porque no hay muchas novedades, se resume en la compra de un altavoz minúsculo, pero de gran calidad de sonido, que funciona por bluetooth. ¿La marca? "Rockbox". Veinte y pico euros. Y se acabó, no hay más. Estos fueron mis Reyes. Puse el zapato y me cayeron además los gayumbos, eso sí, de Hugo Boss , así que me durarán años. Acaban cediendo por el elástico, a medida que la cintura se va de vareta. En la cabalgata lagunera, a la que fui obligado a ir, me encontré con Antonio y Luisa Salgado , que estaban, como yo, serenateando a la luna. Siempre es un placer saludar a amigos tan amigos. Y después me comí unas tapas en "El Obispado", con Juan-Manuel García Ramos , que me ha prohibido que lo cite.

3.- Estos malos Reyes lo son por culpa de mi tacañería: la gente de edad provecta se vuelve miserable. Y como yo no regalo, pues a mí tampoco me regalan. Y eso. Esta fecha me gustaba mucho antes porque siempre me caía algo, pero un día perdieron el rumbo de mis gustos y ya nunca más me llegó un regalo que me haya hecho tilín. El último fue mi perra "Mentecata", en la noche de los tiempos. Luego empezaron a caer jerseys y gayumbos y la corriente sociocultural no se ha detenido. Un desgraciado.

achaves@radioranilla.com

Reyes pésimos
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