jueves. 25.04.2024

A Guaidó casi lo matan cuando entraba a Venezuela por Maiquetía, tras su gira mundial. A quién se le ocurre. Era más fácil viajar a Colombia, por ejemplo, y que un helicóptero lo depositara en cualquier carretera venezolana. De ahí, en coche, a Caracas. ¿Cómo se le ocurre a Guaidó darse un baño de chavistas en Maiquetía, pisando esos preciosos azulejos de Cruz-Díez que a mí me apasionaban? Hay que entrar por Colombia o por Guayana, por donde sea, menos por Maiquetía, donde tiene su oficina de fakes el bandido y narco Diosdado Cabello, que mandó secuestrar al tío de Guaidó porque dice que metió explosivos en el avión de TAP. Todo el mundo sabe que eso es mentira. A ver dónde y, sobre todo, cómo aparece ahora el tío de Guaidó. Con un brazo de menos o con diez costillas fracturadas. O muerto. Mientras tanto, aquí en España, Ábalos, que se llama igual que un pintor catalán bajito que pintaba siempre la misma acuarela del muelle portuense, sigue vacilando con la visita de Miss Delcy. Un día la sitúa en Shengen y el otro en la Sala VIP, que no es Shengen, sino otra fábrica de fakes. Esta izquierda populistoide fabrica fakes news a mayor velocidad que un guionista apócrifo de Hollywood. Esto es la guerra, aunque parece que Sánchez y el otro, Casado, se van a ver por fin a solas. Qué emocionante, ¿qué se propondrán? ¿Le contará Sánchez a Casado lo de Miss Delcy? ¿Nos lo contará después Casado a nosotros? Estos del PP no cuentan nada. Ya ven a Rajoy, que escribió un libro de un montón de páginas, no dijo nada y el libro se vendió como roscas. El mío se llamará Paseando a Miss Delcy y la portada será una foto de Ábalos, vestido de lagarterana.

Publicado en Diario de Avisos

Paseando a Miss Delcy
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