1.- Coalición Canaria (CC) estrena nuevo logo –a la moda, una estrella con los colores del régimen— y lo lanza a las redes, como si un logo solucionara un problema. Los barones de Paulino, que luego fueron los barones de Clavijo, ya no existen y en único barón de barones que queda en Canarias es Casimiro, que es barón de sí mismo; es decir, un rey taifa. Con una estrella a medias y coloreada no se arregla el problema del desgobierno al que han sometido a CC los Clavijo y compañía. Además, yo creo que ellos mismos están muy cansados de tanto viaje sin sentido, de tanto consejo chimbo a los demás y de la anarquía que ellos mismos han provocado. No existe riesgo de deriva en Canarias, gracias a Dios, pero quién sabe. Los tiempos van muy deprisa y lo de Cataluña, aún en proceso de marcha atrás, ha enseñado mucho, ha dado mucho que hablar. Yo creo que en el proceso catalán el único que va a pasar a la historia es Mariano Rajoy, que ha puesto los huevos donde tenía que ponerlos y ha mandado la Guardia Civil. Era la solución más conveniente para preservar el Estado de derecho. Menos mal. Ha conseguido poner de su lado a Serrat y a los demás artistas, menos a unos cuantos despistados. Personajes como el Coletas, o como el ex juez Garzón no son capaces de construir una España Unida. No tienen nada en la cabeza. Parece mentira que un juez como Garzón haya tenido en sus manos procedimientos tan fundamentales para el Estado y para sus justiciables. ¡Dios mío, qué peligro caer en sus manos! Todavía recuerdo la redada que hizo aquí, para nada, cuando los tiempos gloriosos del time sharing, con un avión “Hércules del Ejército del Aire incluido.
2.- Jordi Évole puso en ridículo a Puigdemont en una entrevista televisada. Puigdemont, que es analfabeto funcional y que además tiene poca memoria, entró al trapo. Sus ojos papos se quedaron más papos con las preguntas del periodista, que lo trincó en cuatro o cinco renuncios. Puigdemont, y esta es su tragedia, cree que el referéndum se va a celebrar y que él va a ser, tarde o temprano, el presidente de la República de Cataluña. Y ni una cosa ni la otra. Al fin y al cabo, toda esta operación se monta para tapar a los afectados del 3%, entre ellos los honorables miembros de la honorable familia del honorable Pujol. Acabarán todos en la cárcel, de esto estoy más que seguro. Porque en toda esta serie de despropósitos han desobedecido y han cometido sedición y han malversado. Y algunos hasta han robado dinero público. Ya lo verán como los trincan y los enchironan. Ir demasiado lejos en la desobediencia a los tribunales tiene su costo. Miren, ahí tienen el edificio del gran Perrault derribado, tras una absurda decisión judicial. Absurda, pero confirmada por las instancias superiores y hay que cumplirla, desgraciadamente. Eso en Las Palmas a lo mejor no pasa (de hecho, la biblioteca sigue en pie), pero estamos en Tenerife. En Cataluña, no sé.
3.- Pues digo que Rajoy, si mantiene el control, recibirá un marquesado cuando termine su mandato. ¿Qué tal el marquesado de Cataluña? Sería mucho provocar. El Gobierno, de momento, por la vía de la ley y del bolsillo, mantiene el tipo. Tiene la ley de su parte y tiene la fuerza de su parte y tiene la razón moral de su parte. Y los bancos y las tarjetas de crédito y la Hacienda pública de su parte. Es decir, que nadie le puede toser, siempre que responda con proporcionalidad, que es lo que está haciendo a rajatabla. Y, mientras, Coalición Canaria estrena estrella. En un lado sobran y en otros faltan.
Es una publicación de El Diario de Tenerife.com