Yo creo que estamos inmersos en el crepúsculo de la sociología, desde que Tezanos llegó al CIS. Jamás había visto encuestas tan imposibles de acertar como las que cocina el sicario de Sánchez, incrustado a fuego en el Centro de Investigaciones Sociológicas. España es un país imprevisible, en el que nada de lo razonable se cumple jamás. Es decir, a los votantes se la trae al pairo que si gana Sánchez y su banda se produciría una nueva alianza con los independentistas catalanes, con el único objetivo de seguir el fatuo calentando su silla. Sencillamente, nada importa porque la mayoría de los españoles cree que la derecha roba y la izquierda no; y lo viene sosteniendo desde los comienzos del siglo pasado. No se han dado cuenta de que la izquierda roba lo mismo que la derecha, aunque esto tampoco debería ser un torneo para ver quién mama más. A todo ello quiero añadir que, en las encuestas, mucha gente no dice la verdad, ni siquiera a pie de urna, con lo que el cacao mental que se les ha formado a los sociólogos serios -no a Tezanos, que nació con él- es de órdago. Los últimos sondeos oficiales detectan una subida del PSOE, pero si te vas a otros, esa subida no se produce. Parece mentira que parte del país sea capaz de votar a un tipo que supuestamente falsificó una tesis doctoral (porque el plagio es una falsificación), en los mismos tiempos en que a Cifuentes le piden cuatro años y medio de talego, o así, por un presunto certificado chimbo en su expediente académico. ¿Por qué a Cifuentes sí y a Sánchez no? ¿Qué es más grave? ¿O nada es grave y la Fiscalía se ha pasado? ¿Será que yo soy muy de derechas?
Publicaddo en Diario de Avisos