Por Andrés Chaves
1.- A pesar de la respuesta ofrecida por Ángel Llanos al concejal de Ciudadanos, Ángel Isidro Guimerá, el Ayuntamiento de la ciudad debe al productor y promotor de espectáculos Javier Rolo casi cuatro millones de euros. Luego Ángel Isidro ha de saber que Llanos le metió un gol por la escuadra o que simplemente sorprendió su buena fe. Porque en el último pleno municipal, el teniente de alcalde aseguró a Guimerá que la deuda no existía. Que pregunte en Intervención, en la Sociedad de Desarrollo y en la Comisión de Fiestas el señor Guimerá y obtendrá el dato exacto de la deuda. Que pregunte en CajaCanarias por las reuniones mantenidas por Llanos con directivos de la entidad para intentar alcanzar una solución a este escabroso asunto, que puede afectar la credibilidad del propio edil, Miguel Zerolo, que de momento ha hecho mutis por el foro, dejándole todo el paquete a su primer teniente de alcalde. La deuda no sólo existe, sino que los intereses van corriendo y pronto superará los cuatro millones de euros. Rolo puede quebrar, merced a la mala gestión municipal, y también podría exigir responsabilidades civiles y penales a quienes hayan propiciado su quiebra. Es decir, que el Ayuntamiento tiene una papa caliente y el propio Llanos, si es verdad que mintió (que todo apunta a que sí) en un pleno municipal, debería dimitir. Aquí tiene el PP su oportunidad para remodelar el grupo municipal de Santa Cruz. Digo yo.
2.- Los mensajes navideños son generalmente cursis. Y, además, excepto los de cuatro amigos, a mí me exasperan. Porque me envía textos, a cual más largos y pesados, gente que ni fu ni fa. Es decir, gente que sólo se acuerda de uno en la Navidad, fechas estúpidas en las que los corazones se ablandan y todo el mundo se vuelve bueno de repente. Yo prefiero que la gente sea buena todo el año y que los mensajes se repartan en los doce meses, para hacerlos más llevaderos. Lo cierto es que cada vez que salta en el móvil la señal de uno de ellos me pongo en pie, creyendo que ha pasado algo y olvidándome de las fechas en que vivo. Los mensajes han sustituido a Correos porque este año no he recibido tarjetas de Navidad, que eran otro coñazo, así que los carteros estarán descansando. Carteros los de antes, que en estas fechas te entregaban el tarjetón de colores pidiéndote el aguinaldo, cuando no había sindicatos, ni esas gaitas, y la gente era más amable y tranquila y todos te conocían y te llevaban las cartas a donde tú estabas. Donde funciona bien el servicio es en los Estados Unidos. Allí te envían por correo el pasaporte, el carné de conducir e incluso objetos de valor, sin que se pierda nada. Vete a enviar una joyita en España. Ay, mi madre.
3.- Este año, o las empresas han restringido las cestas, o a mí me las han mamado allí donde las hayan mandado, porque ni una; pero ni una. Así que prefiero pensar en que las empresas han restringido los regalos, que uno siempre agradecía porque te evitaban comprar las boberías que uno consume en estas fechas para aumentar el azúcar y el colesterol, como los turrones. La crisis no perdona a nadie, así que todo el mundo corta por donde es más fácil cortar. Se produce un error en esto de las restricciones de gastos. Lo primero que hacen las empresas es reducir la publicidad. Craso error, dicen todos los expertos, porque es la publicidad la que más ayuda a mantener y aumentar las ventas, así que cuantas menos ventas se registran más conveniente es mantener o aumentar la inversión publicitaria. Como aquí en Canarias lo entendemos todo al revés, las empresas han decidido reducir su inversión publicitaria. Y lo considero un error garrafal. A partir de enero, como les conté en otro momento, se va a producir un recorte drástico de personal en algunos medios españoles. Se habla de 600 despidos en el Grupo Prisa y de 400 en El Mundo. La crisis no perdona a los medios de comunicación, por las mismas razones que les he contado más arriba. Cada vez es más fuerte el rumor de que a Zapatero se le van a ir algunos ministros, sin necesidad de que él mismo provoque la crisis. El primero en la lista es Solbes , que está agotado de tanto minimizar lo que él sabía que era muy grande. Pero el culpable no es el ministro, que es un hombre serio, sino el presidente, que no lo es. ¿A quién quería engañar? El run-run dice también que hay otros Madoff . Incluso alguno en España. Vamos a ver por dónde salta la liebre. Esta semana no ha dado más de sí, porque para eso estamos en Navidad. En España se gasta más dinero la gente en mensajes de móvil que las empresas en promocionar sus productos. Qué brutos.
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