1.- Maduro, igual que el iluso de Puigdemont, no va a parar hasta que no le den una patada en el culo. A Maduro se la darán los venezolanos cuando USA deje de comprar deuda y arruine al país. Y a Puigdemont, que ayer abrió una embajada ¡en Dinamarca!, se la dará el artículo 155 de la Constitución. No hay más. Se parecen tanto uno a otro que a Puigdemont sólo le falta la tortura; todo lo demás lo tiene, incluida la misma caradura de Maduro. Y lo de la tortura es relativo, porque los españoles, incluidos los catalanes, sufren una tortura informativa provocada por Puigdemont y el Jovencito Frankenstein (Junqueras) y sus compinches que no tiene parangón en el mundo mundial. Yo estoy completamente seguro de que Rajoy tiene un as en la manga, aunque a fuerza de ser gallego, lo único que da a entender es su perseverancia en el “no”. Ya lo veremos, sólo quedan 30 días. Lo que sí sé es que la Guardia Civil está preparada para retirar las urnas, una vez que el Ministerio del Interior asuma las funciones de la Consejería de Interior de la Generalidad. Los Mossos pasarían directamente a depender del ministro Zoido. Esto de Cataluña no tiene ni pies ni cabeza, pero no es la primera vez que lo intentan. Hasta el punto de que Azaña, que a veces era muy bruto dentro de su inteligencia, dijo que las cosas se arreglarían bombardeando Barcelona cada 50 años. Es muy fuerte esto, no hagan ustedes caso porque Azaña hacía una metáfora un tanto fuera de lo común, como creo que yo dije aquí el otro día.
2.- En cuanto a Maduro, ahora ha cogido a Lilian Tintori con unos ocho o nueve mil dólares en un coche (200 millones de bolívares) y ya la quieren empurar. Claro que Tintori ha dicho que el dinero es para el tratamiento de su abuelita enferma y esto parece el cuento de Caperucita, en versión venezolana. No duden que el Sebin, o sea los cubanos, tienen vigilado a todos los opositores relevantes del régimen dictatorial del animal colombiano (porque Maduro nació en Colombia, no puede ser presidente de Venezuela), así que mejor que dejen los dólares que puedan tener cada uno en casa, debajo de una piedra. Luisa Ortega, la fiscal huida –cuando vio venir el final de la cosa– dice que Maduro “distrajo” e ingresó en una cuenta extranjera –paraíso caribeño– nueve o diez millones de dólares en efectivo; que tiene pruebas. Pues claro que las tiene, pero Maduro dispone de mucho más que eso. Y no digamos Diosdado, que se ha hecho rico con el tráfico de drogas y de cuyas actividades tiene la DEA cumplidísima información. El régimen venezolano es un régimen pirata. Los consulados están arruinados, no le pagan a nadie, los funcionarios no cobran, no tienen ni siquiera pasaportes para las renovaciones. La pobre cónsul en Canarias, que es –o era– chavista hasta la médula, las está pasando canutas. Y es una funcionaria muy competente, según me han indicado.
3.- Bueno, era lo que quería contarles hoy porque, la verdad, con estos calores uno no tiene ganas de hablar, ni siquiera de Venezuela y mucho menos de Cataluña. A ver lo que se inventan unos y otros de aquí al uno de octubre, fecha de la madre de todas las batallas. O de ninguna batalla, que es lo que yo creo.
Es una publicación de El Diario de Tenerife.com