Por Andrés Chaves
1.- Adán Martín , in illo tempore, quiso instalar en el antiguo Cuartel de San Carlos los servicios jurídicos del Gobierno de Canarias. Con tan mala suerte que las vibraciones del tranvía afectaron a aquellas ruinas y la voluntad del hombre (del hombre sin voluntad) ha dejado el antiguo recinto cuartelero como un derruido mausoleo a la idiotez de los políticos. Pero no voy ahora al continente, sino al contenido. Los servicios jurídicos del Gobierno no dan una. ¿Me quiere decir alguien si han ganado alguna vez un pleito? El Ejecutivo, o sea, nosotros, tendrá que pagar a un tal Bittini 93 millones de euros -han leído ustedes bien, 93 millones- por el caso Tindaya, que ahora se llama caso Tebeto, no me pregunten ustedes por qué, si es lo mismo, si es una derivación montañera, si qué. Mas uno de los protagonistas es siempre el señor Bittini, afortunado de él. Pero al margen del lío que se me forma entre Tindaya y Tebeto, no puedo dejar de citar a la que se nos viene encima con las indemnizaciones de la moratoria, dos o tres de las cuales están ya sustanciadas y pronto el Gobierno, por decisión de los tribunales, va a hacer más ricos a empresarios que ya lo eran. ¿Dónde estaban los servicios jurídicos? ¿Dónde?
2.- Si a ello añadimos los milloncejos que el Parlamento tuvo que pagar a los dueños de los locales expropiados para la expansión física de la cámara, cuya expropiación aconsejaron sus servicios jurídicos, en los que figuraba don José Miguel Ruano , actual consejero de Presidencia, Justicia y no sé qué más, pues apaga y vámonos. La ruina. Adán Martín quería poner a los abogados en San Carlos, mirando al mar soñé, pero yo creo que más bien habrá que colocarlos cara a la pared, a ver si así ganan algo, aconsejan mejor y ponen el grito en el cielo cuando un político quiere hacer su santa voluntad, a espaldas de su doctrina.
3.- Supongo que en los servicios jurídicos del Gobierno figurarán los mejores profesionales; una especie de abogados del Estado, vamos. Soy consciente también de que en este país cuando un asunto entra en el juzgado puede ocurrir cualquier cosa, tal y como está la justicia y tal y como están algunos jueces. Pero, hombre, a ver si ganan algún pleitito, o a ver si aconsejan al Gobierno que les haga caso, porque entre Tebeto, la moratoria, el Parlamento y la madre que los parió, van a dejar al erario público canario sin un euro. Y no es cuestión.
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