Por Andrés Chaves
1.- En la Zapatería nacional, el remendón se ha echado Europa a la grupa, o al menos es lo que quiere él. La Zapatería se ha hecho religión. Lo es (religión) para Leire Pajín y su mamá de Benidorm, para la veterana De la Vega y para el crispado Rubalcaba , ocupado en escuchar -por la radio- a los diputados del PP y a otras autoridades de la derecha. Y para toda la basca socialistoide. Uno se ha instalado en la zozobra permanente: por la mañana se levanta con Marlaska deteniendo a cachorros de la ETA y a los polis invadiendo los ayuntamientos, no como ocupas sino para detener a los alcaldes trincones que nunca van a la cárcel; y si van, salen pronto. Los que sí saben, y tienen huevos, son los catalanes, que como el Tribunal Constitucional les ha tumbado el Estatut, van y crean un tribunal paralelo que dé amparo a la norma. Que viva la Pepa. No me extraña nada que apliquen el Estatut en contra de los designios del TC (oficial), tales son los cataplines de la gente de Cataloncia. Permanecen los marineros del "Alakrana" callados en sus casas, atendiendo a sus mujeres y al resto de la familia: como debe ser. Ellas han sido las auténticas sufridoras -y ellos, claro, más en vivo- de esta crisis. La Zapatería nacional prefiere olvidar el lance.
2.- España se ha metido en una vorágine peligrosa. No hay día sin zapatiesta, no hay jornada sin sobresalto, no pasa una fecha sin lío en el calendario. Esta democracia es intranquila, incierta. Fíjense en el centro de Europa, por ejemplo. Los días son todos iguales. No pasa nada. No existen los sustos cotidianos, a menos que a un sastre belga o a un lechero de Luxemburgo les dé por matar viejas y plantarlas en sus jardines. Pero no es la norma. Aquí adoramos a las viejas, pero crucificamos a los políticos, les tiramos cada día aceite caliente en los bajos. Y así se convierten en gente con muy mala leche. Tipo Rubalcaba.
3.- La Zapatería española no mea sola. Con lo cual ahora estos tipos se ponen Europa por montera y hasta se van a ver a los mohameses de Oriente, él, Zapatero, en plan líder, como si realmente cortara el bacalao en el viejo continente. Para ser un líder hay que luchar mucho, no es llegar, ver y vencer. A Aznar , el liderazgo le costó el cargo. Y la foto de las Azores -que es tan horrible como la foto rosa con los Obama , Sonsoles y las niñas de luto en la Ópera de N.Y.- le supuso la carrera al del bigote. Este de ahora, lampiño, ha tenido más suerte. Todavía no le echan en cara esa sonrisa tontorrona que esboza cada vez que se cruza con un jefe europeo. Los políticos españoles tienen, en general, poca talla y aburren y mienten como ninguno. Pero uno -o sea, yo- cae siempre en la tentación de hablar de ellos, aunque los lectores te envíen mails rogándote que no trates de política en esta sección tan blanca. Tan costumbrista. Tan lírica. Gracias, por las partes que me tocan.
achaves@radioranilla.com