viernes. 19.04.2024

Hasta dos horas antes de cerrarse el recuento, el hoy senador electo del PP Antonio Alarcó tenía perdido el escaño. En el último tramo del escrutinio superó en unos 2.500 votos a su inmediato rival, el candidato de CC José Manuel Pitti. Alarcó hizo una campaña con 2.500 euros que sacó de su bolsillo, se pagó la gasolina, utilizó su coche y no le pidió un euro a su partido. Siguió trabajando en su consulta de médico y operando en dos hospitales, uno público y otro privado. En el público lo hace gratuitamente. Es uno de los miembros del equipo de trasplantes renopancreáticos del Hospital Universitario y trabaja junto al famoso doctor Sollinger, de la Universidad de Wisconsin (USA), en soluciones que darán un vuelco radical a la cura de la diabetes. El PP tiene, pues, a una figura de la medicina en sus filas, pero en el partido no ha recibido sino incomprensiones y desaires por parte de los mediocres. Ahora ha superado en las urnas a propios y extraños. Y digo a propios porque sacó, en una sola isla, la de Tenerife, más votos que la número uno al Congreso, Ana Zurita, en la provincia entera. A Alarcó lo quiere la gente. El año pasado me metieron en la UVI por un problema que creían que era de corazón -un error- y llegó al hospital primero que mi familia. Es una persona decente, amigo de sus amigos y si tiene algún pecadillo de insistencia es porque, además, es un perfeccionista. Me alegro mucho de que haya entrado en el Senado. Quizá ahora le toque más hacer política en un partido hundido, para intentar reflotarlo, que en la propia cámara. Pero será más fácil hacerlo con el acta de senador, ganada a pulso. No quería que pasara el día de hoy sin decirlo.

Publicado en Diario de Avisos

La tenacidad de Alarcó
Comentarios