Por Andrés Chaves
1.- Anda cabreado el joven empresario de espectáculos Javier Rolo porque la forma estrambótica de contratación que tenía el equipo de Ángel Llanos ha hecho que el Ayuntamiento de Santa Cruz tarde una eternidad en pagarle tres millones y medio de euros que le adeuda. Fallos en los trámites, al parecer, fallos ajenos al empresario, que ahora sufre la tardanza en el pago y que corre peligro de caer en una situación concursal para su empresa. Parece mentira que por deudas de una administración local un empresario se vea abocado a la suspensión de pagos y quizá a la quiebra. Debería haber una figura penal para castigar estos abusos. Hace meses, cuando yo informé de esta deuda, Llanos se encargó de desmentirlo a diestro y siniestro. ¿Por qué? ¿Por qué no reconocerla? ¿Por qué ese afán de negarlo todo? Rolo ha acudido a los medios de comunicación en demanda de apoyo. Los responsables de las áreas de Hacienda y Fiestas le han dicho que es preciso rehacer algunos documentos para que el empresario no se vea perjudicado por la administración. Está acreditada la deuda, pero su tramitación ha sido un desastre. Se trata de una mala herencia.
2.- Las administraciones son directamente culpables de la ruina de muchas empresas. Los trámites engorrosos, la mala organización de estos organismos, algunas prisas por ejecutar trabajos que luego no se pueden pagar y tantas cosas más provocan dos cosas: que quien presta los servicios se arruine, como es el caso de Javier Rolo, o que el más avispado calcule los meses que van a tardar en pagarle y encarezca sus trabajos, sobre todo en las obras. Esta fórmula, no demasiado correcta, sintoniza en contenido espurio con la falta de sensibilidad de las administraciones (en Canarias hay cuatro: estatal, autonómica, insular y local) a la hora de pagar en tiempo y forma a sus suministradores. Yo no quiero echar culpas a nadie, pero está claro que la faena que le han hecho a Rolo parte del equipo anterior, del equipo del PP que cuidaba de Hacienda y de Fiestas. Este engorro tendrá que solucionarlo el equipo de Zerolo .
3.- Javier Rolo es un empresario con muchas ideas, que trabajó por la ciudad y por su ocio en cuantos asuntos le encargaron. Y lo hizo muy bien, organizando carnavales, espectáculos musicales inolvidables y otros actos de repercusión pública. ¿Por qué lo abandonan? ¿Por qué no cumple el Ayuntamiento sus compromisos con él? Su empresa debe más de dos millones y medio de euros a distintos proveedores que ahora le aprietan; y a los bancos. No hay derecho, porque están jugando con su dinero y lo más grave es que quien juega es una administración pública, un Ayuntamiento. ¿Por qué Llanos no solucionó las cosas antes de que lo echaran? ¿Por qué toda la lentitud municipal se ceba contra un empresario que lo único que ha hecho es traer a Tenerife buenísimos espectáculos y colaborar con la brillantez del Carnaval? Piénsenlo, porque Rolo está a punto de irse con la música a otra parte.
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