jueves. 15.05.2025

Por Andrés Chaves

1.- El Ayuntamiento del Puerto va a recuperar para siempre la casa Ventoso, que fue el fortín de mis años niños, bajo la guardia de los padre agustinos. Ventoso tiene mucho encanto para todos nosotros. Sus enormes puertas de tea, sus patios de piedra, su apeadero con escalera de tosca, su único foso y sus columnas irregulares que sostienen los corredores no se me van de la memoria. Ventoso alberga un torreón, que es el símbolo del Puerto y que el tiempo se ha encargado de desfondar, a pesar de las reformas esporádicas acometidas en su estructura. Dicen que desde ahí veía los barcos venir Victoria Ventoso , poetisa breve, cuyos originales guardan con celo los miembros de la familia de don Domingo Machado . Buen tipo don Domingo, a quien recuerdo en mi niñez en la Punta del Viento, mirando para las olas que rompían bajo el Golden, la discoteca del malogrado Jean Paul Raguet . El caserón ocupa toda la extensión de la Plazuela Concejil, en una de cuyas esquinas -porque ahí jugó conmigo- se encuentra la estatua que recuerda a aquel extraordinario amigo: Paco Afonso . Cuánta pena me dio su muerte y cuánto le he echado de menos. En el centro de la plaza, ahora tapado, hay un pozo que un día tuvo agua. En una invasión del cigarrón vi aquella plaza cubierta de langostas, que nosotros pisábamos antes de entrar a clase.

2.- La casa Ventoso pasó al Obispado, pero al parecer hubo un problema legal en la transmisión que hizo a la diócesis monseñor Flores Göbber , el recordado padre Flores, el primero que lavó los pies a los pobres en la Semana Santa. Aunque era un tipo elitista, hijo de rico mexicano y noble austriaca, heredera quizá de la presencia en México del emperador Maximiliano y de su esposa, Carlota . Qué tiempos, cuando el indio Juárez ganó la guerra al emperador, auxiliado el mexicano por Lincoln ; lo ajustició e hizo enloquecer a Carlota, que no consiguió ayuda en Europa para su infeliz marido. La historia es apasionante, pero yo les estaba hablando de la casa Ventoso.

3.- Que supongo que más pronto que tarde será incorporada al patrimonio de la ciudad y convertida en gran centro cultural. El CIT la ha utilizado para los fastos dedicados a Agatha Christie y a su estancia en el Puerto de la Cruz, allá por los comienzos del siglo XX. En el patio central de la casa Ventoso jugaba yo al fútbol en los recreos, con un montón de compañeros que aún siguen celebrando el paso por aquel colegio de gratísimo recuerdo. Fue una gran familia. Estudiamos en el colegio hasta la reválida de cuarto, porque los frailes no se arriesgaban con el bachillerato superior. Pero nunca se perdió la amistad del grupo y todavía hoy se celebran aquellos inolvidables años de convivencia. Ojalá, pues, no dejen caer la casa al suelo.

achaves@radioranilla.com

La casa Ventoso
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