1.- Se cargaron a Willy García, el anterior responsable de la Televisión Canaria, porque los sectarios de Coalición, y el propio presidente Clavijo, dijeron que era un hombre de Paulino Rivero, contra el que tienen verdadera obsesión. Y pusieron en su lugar a Santi Negrín, que no se sabe de quién es; no lo sabe ni él. Y la Televisión Canaria, muy mermada de presupuesto, ha caído a los abismos. O la reorganizan o la cierran. El Día de Canarias, que es el que tenía que ser el de mayor lucimiento del año, cerró como el peor de su historia, con un ¡3% de share! Eso significa que ya nadie ve el canal autonómico, que tiene interesantes programas enlatados que no saca, que los podría volver a emitir y sin embargo los mantiene en el archivo o no sé dónde. ¿Por qué no emite “Océano”, por ejemplo, con Irene Papas, Martin Balsam y un montón de actores y actrices buenísimos? ¿Por qué no compró los derechos de “Óscar, una pasión surrealista” para el Día de Canarias? (Joaquim de Almeyda, Victoria Abril, Jorge Perugorría, etcétera). No lo entiendo. No lo entiende nadie. Bueno, pues en el peor Día de Canrias de su historia, TVAC cerró con ese paupérrimo 3% de share y el discurso de Clavijo, dentro del acto institucional, fue el menos visto de los últimos años. El discurso era malo y contradictorio, pero bien presentado hubiera podido escapar. Y la tele canaria fue la cadena menos vista, ese día, de todas las televisiones públicas y privadas. Entiendo que Santi Negrín salga poco a la calle. Tendrá vergüenza. Decían que lo iban a sustituir –el Parlamento–, pero nadie hace nada. Yo no quiero que lo quiten, lo que quiero es que le den medios y le exijan que haga una buena televisión. Y si no sabe, a la calle. O que cierren el canal, si el Gobierno no tiene fundamento para mantenerlo y Coalición Canaria tampoco. Digo CC porque es al partido que más le hace falta este canal para mantener la llama de sus ideas. Bueno, si es que las tiene. El domingo por la noche dieron una película tan deprimente, de unos esquizofrénicos, que a mí me dieron ganas de llorar. Lo único bueno fue la interpretación de Gerarda Chaplin, que más o menos escapaba. La Televisión Canaria ha caído a los abismos, no sirve para nada y, encima, cuestionan la labor de un hombre –Willy García— que la mantuvo con dignidad durante años. Lo han metido en el juzgado, lo han puesto a parir, le han dicho de todo, he sabido de informes policiales en el sumario que se sigue contra él que habría que ponerlos en la antología del disparate, pero el canal funcionaba. Ahora, no. Ahora la Televisión Canaria es una mierda espichada en un palo. Y, además, le sobra personal por un tubo.
2.- Porque el personal de las teles tiende al gandulismo. De siempre. Cuando yo, en la noche de los tiempos, trabajé en TVE, aquello era un desmadre de enchufados. Para mover un jarrón había un tío. El de los rótulos, un tal Vicente, ponía faltas de ortografía como barcos. El teléfono era libre: todo el mundo llamaba desde allí a sus parientes en Venezuela o en la Península, sin control alguno. El conserje, un ex policía, Pepe, muy buena gente, vendía joyas a plazos. Aquello era la releche. En Televisión Canaria y en su productora de programas exclusiva, bueno, casi exclusiva, sobra gente, mucha gente. Se producen pocas horas, no hay dinero para comprar programas a productoras externas que trabajan con mucha calidad y el Parlamento ha reducido mucho el presupuesto de la tele. Así es imposible y se le han ido hacia otros canales todos los televidentes.
3.- Los datos del Día de Canarias son absolutamente desalentadores, increíblemente bajos. Es una pena, pero lo que digo es verdad. Una pena, insisto. Yo no le quiero echar toda la culpa a Santi Negrín, que convoca las reuniones y siempre tiene prisa. ¿Prisa de qué, a dónde va? ¿Por qué parece que tiene un cohete en el culo? Que haga coffe breaks, que son muy sanos, se hace un descansito, se toma uno un café, o una cerveza, y se sigue la reunión. Santi, además, tiene algunos consejeros que no le convienen, como uno que falsifica sus currículos. Huye de esa gente, amigo, que tú eres buena persona y te pueden arrastrar. Es un consejo (gratis) de alguien que no trabaja en la tele.