viernes. 19.04.2024

El hotel Palace de Madrid fue construido en 15 meses e inaugurado en 1912. Con más de 400 habitaciones. Allí vivió y murió el gran Julio Camba. El Teatro Circo de Marte palmero, que no debe tener más de un centenar de butacas, fue edificado en más de un siglo y anda constantemente en obras. El hospital chino del coronavirus, un megacentro asistencial especializado, fue levantado en diez días, por lo cual pasará a los anales de la arquitectura funcional y de la medicina moderna. Y el Parque de San Francisco del Puerto de la Cruz, escenario del inolvidable Festival Internacional de la Canción del Atlántico, no ha sido todavía desmontado del todo, tras meses de gandulismo rampante y de tedio inolvidable. Es la diferencia entre la eficacia y la fatiga. Se ve que los españoles de 1912 eran más diligentes que los canarios de hoy, que a los palmeros se les pasea el alma por el cuerpo y que los chinos quieren meter a toda China en la enorme ciudad hospitalaria, trazada arquitectónicamente y dotada por técnicos del Ejército con moderno material adecuado en el tratamiento de enfermedades infecciosas, como todas las gripes asiáticas que han llegado y que llegarán. Es conocido que aquí se trabaja despacito y con desgana, como cuando construyeron una placita junto al Jardín Botánico, que tardó años y años en terminarse. La obra de reforma del Jardín que fundó el marqués de Villanueva del Prado lleva más de 20 años desde que se inició y ahí sigue, abandonada. No hace falta decir que la teoría del aplatanamiento de los canarios es cierta y como ejemplos valen los expuestos. Hay muchos más, como el scalextric sobre la TF-5, a la altura de la casa Cuna. Si transitas por él te caes a la autopista. Otro día les hablo del cuartel de San Carlos.

Publicado en Diario de Avisos

Del hospital chino al Teatro Circo
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