jueves. 18.09.2025

No es aulaga y soledad, como dijo Benito Cabrera en su villancico. Es mucho más. Una isla de ensueño, en la que el sol es el invitado de honor. Estuve no hace mucho en Fuerteventura: playas de oro, carreteras rectas, Jandía era un paraíso terrenal. Luego, Corralero, la civilización, donde hay más señales de tráfico que en Nueva York. Ay, marqués, cómo se te recuerda en el pueblo.

Andrés Chaves

Fuerteventura
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