Por Andrés Chaves
1.- La concejala socialista Marian Franquet y Cía han desposeído a Franco de algo que realmente nunca fue suyo: la condición de Hijo Predilecto de Santa Cruz. El nombramiento, en su día, fue nulo de plena lógica ya que era imposible que Franco fuese hijo predilecto de Santa Cruz porque no nació aquí, sino en El Ferrol. O sea, que en todo caso debieron concederle el nombramiento de Hijo Adoptivo de la ciudad. (Por cierto, que ahora se descubre que al general le regalaron los yanquis una piedra lunar, que no aparece; busquen en el armario de Carmencita , a ver si se ha hecho con ella un reloj). Pero con yo no ser nada franquista, y eso lo sabe todo el mundo, voy a reivindicar ahora mismito que le quiten el nombre de los Reyes Católicos a la avenida santacrucera que lo lleva. Y es que bajo el poder de los monarcas Isabel y Fernando se procedió al exterminio de una buena parte del pueblo guanche, es decir, de mis antepasados, por parte de los conquistadores subvencionados por la corona española. Yo estoy a tope con el pueblo guanche, así que fuera lápida; a freír puñetas los Reyes Católicos. Por asesinos, por déspotas y por crueles. Y por cochina ella, ya que no se lavó las bragas hasta la toma de Granada. ¿Qué va a decir de eso Bibiana Aído? No de lo de las bragas, sino de lo otro.
2.- Metáforas aparte, a mí eso de retirar las estatuas ecuestres de Franco y de guillotinar sus títulos a base de mociones municipales me parece una mariconada. Porque la historia no hay quien la cambie, Marian. Ni quien la olvide. A unos les fue bien y a otros les fue mal. Franco se portó como un cerdo unas veces y otras consiguió éxitos tan rotundos que todavía no pueden olvidarse. Ahí tienes, por ejemplo, el sistema laboral: despidos caros, comités que se perpetuaban en el poder y eran los virreyes de las empresas a las que acogotaban, sistema judicial laboral abandado (por imperativo legal) a los trabajadores. Franco diseñó la única política hidráulica de la historia de este país y, probablemente, con el general existía menos corrupción que ahora. Como lo oyes. También los funcionarios eran más competentes y, sobre todo, trabajaban más. Y los concejales.
3.- O sea, que puestos a quitar, empecemos a quitar lápidas, como hizo en su día el sabio alcalde de Santa Cruz, que cambió los nombres de aguerridos generales franquistas por conceptos tan maravillosos como el perdón, el olvido, los sueños y tal. Y a la Rambla del General, que antes se llamó Paseo de los Coches, la dejó el edil en Rambla de Santa Cruz. Pero, coño, Marian, se te escapó García Morato , corre a por él, que va en avión. Y algunos otros más, como Santiago Cuadrado , uno de los primeros muertos de la guerra civil, que era falangista y fue abatido de un tiro en la esquina del Banco de Santander, en la plaza de la Constitución o de la República, hoy de la Candelaria. Qué estupidez desenterrar un odio puñetero que se llevó tantas vidas hace ¡setenta y tres años! Esto no es tener memoria histórica sino un lío en la cabeza, un huerto de nabos, una plantación de lechuguinos.
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