Alertaba el otro día Pedrojota en una de sus alocuciones del peligro de la vuelta de Sánchez al poder tras las próximas elecciones legislativas. Alertaba, y con razón, del riesgo de que él, los podemitas, los independentistas y toda la familia del caos se apoderaran del Senado, por la cabezonería del centro-derecho de no unirse. En realidad, España siempre repite errores, se alimenta de ellos. No es capaz de aprender, como hacen los burros cuando tropiezan con una piedra, que el camino donde está la piedra no se debe transitar. Lo que nos está pasando ahora, con los matices importantes de la pobreza y los abusos de entonces, ocurrió cuando el Frente Popular. Sánchez no es más que un aprovechado, un listo, de tantos que pululan por la geografía nacional. Carece de cualquier valor intelectual pero puede ganar las elecciones a causa de los errores de los demás. Así que no será por no advertirlo. Uno es ya viejo y se cansa de repetir siempre lo mismo, pero los lectores, que son masoquistas, siempre me piden más. Lo mío es predicar en el desierto porque, haciendo uso de su libertad de sufragio, el personal vota hasta por Pedro Sánchez, que es la mejor manera de que España viva otros cuatro años de calvario institucional y de dominio independentista catalán. A mí, plim. Yo sólo soy un jubilado al que le dan un espacio en el periódico para que se entretenga, pero advierto lo mismo que Pedrojota, que es un gran analista político: votar a Sánchez puede ser también votar al caos y al más de lo mismo. También es un despropósito demonizar a Vox, porque yo entre Vox y Podemos, por ejemplo, votaría a Vox. Es más, Podemos es mucho más radical que el partido más a la derecha, mucho más.
Publicado en Diario de Avisos