jueves. 15.05.2025

Por Andrés Chaves

1.- Un cura ha sido cazado en Italia por los carabinieri con un índice de alcoholemia superior al permitido. El párroco fue interceptado cuando tomaba una autopista entre Milán y Turín. El gendarme le dio el alto, el cura paró, le practicaron el test y dio positivo, casi el doble de lo permitido en Italia. El cura protestaba, diciendo que él es abstemio, que era imposible dar positivo en el test de alcoholemia; y el carabinieri, mosqueado. Le hicieron soplar otra vez y lo mismo: tasa alta y hay que penalizar. El párroco y el guardia le dieron mil vueltas al asunto, hasta que al policía se le ocurrió preguntar: "Padre, ¿cuántas misas ha cantado usted hoy?". "¡Coño, cuatro!", respondió más o menos el cura -los presbíteros no deben decir malas palabras, pero dado el caso, se comprende-. Al final se aclaró todo: el vino de la misa era demasiado fuerte, quizá debido a su propio misterio. El cura será perdonado por las autoridades de tráfico, aunque se le ha recomendado que ponga menos vino en el cáliz.

2.- Eso me recuerda el caso de unos caraduras de ese Norte -al menos así me lo contaron- que venían, hace años, de una fiesta en Buenavista. Llegando a Icod, control de la Benemérita. El conductor, algo pedo, para y se coloca detrás de cinco o seis coches que esperaban turno. Pero, sin que lo advierta el guardia, sale del coche despacito y se sienta en el sillón trasero, con los ocupantes que viajaban allí. El guardia les hace señas para que avancen hacia el control, pero ellos no se mueven. Se acerca el civil al vehículo y con la linterna enfoca el interior y pregunta. "¿Y el conductor?". "Fue a mear", responden los cuatro a la vez. El guardia espera cinco, diez minutos; y nada. Harto de que le tomaran el pelo, y viendo la simpatía de los de dentro, que estaban chispas pero ya menos, les dice: "¿Quién es el menos cargado de ustedes?". "Yo", respondió el conductor. "Pues coge el coche y vete de aquí antes de que los meta a los cuatro en la cárcel".

3.- Este verano se van a incrementar los controles de alcoholemia. Me parece bien. Y hay 1.200 conductores reincidentes por manejar con tasas altas de alcohol (el doble de lo permitido y más) en prisión. También me parece bien. Y también me parece bien la tolerancia de la Guardia Civil con los que rozan ligeramente ese límite, que no les multen sino que les adviertan sobre la cantidad de alcohol que llevan en el cuerpo. Le pasó a un amigo, abogado, saliendo de La Laguna, hace unos meses. La aguja se detuvo un poquito por debajo. El guardia le dijo: "No beba ni una copa más, pero puede continuar". Lo mismo ocurre si se supera muy ligeramente la cantidad permitida.

achaves@radioranilla.com

El vino del cura
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