6 de noviembre de 2006, 14:47
Oscar Wilde dijo: “el periodismo es ilegible y la literatura no se lee”. Fíjense, en esa época la cortesana Lily Langtry y Eduardo VII, hijo de la Reina Victoria, y luego Rey de Inglaterra, fornicaban en la habitación en la que yo duermo ahora, en el hotel Cadogan, Londres. Vaya crónica ilegible.
Andrés Chaves