jueves. 28.03.2024

La última película de Almodóvar, Dolor y Gloria, es un bodrio. Lo único que se salva, si acaso, es la interpretación de Antonio Banderas, de quien nadie duda que es un gran actor. La película, como siempre no exenta de mariconeo, no vale un duro, por muy León de Oro que le hayan entregado a su director, en Venecia, por su trayectoria. Yo creo que lo mejor de Almodóvar fue Mujeres al borde de un ataque de nervios. Te reías. Lo pasabas bien. Era divertida. Los amantes pasajeros, otro mariconeo, ha sido la peor y esta, Dolor y Gloria, la siguiente. Hasta los escenarios y las localizaciones son cutres. Yo no soy crítico de cine, pero presumo de detectar una buena –o una mala- película en cuanto la veo. Habrá mucho dolor y mucha gloria en la vida de Almodóvar (supongo que la peli tiene mucho de autobiografía), pero lo que le ha pasado a este señor en su vida a mí no me interesa lo más mínimo. Confieso que la vi porque leí lo del León de Oro a toda una vida y sentí curiosidad. No sé qué les ha hecho este director a los especialistas en cine, pero el público ha vertido serias críticas desfavorables sobre este inaguantable film, que supongo que no batirá récords de taquilla. Es que la peli no es ni siquiera entretenida, respira drama barato por todos lados y no expone sino un problema detrás de otro. Vale, pretende decir lo que pasó en la época de la movida, pero eso lo sabe todo el mundo. No hace falta que nos lo recuerden más veces. Yo estoy harto de que los tíos se besen en la boca y de que los homosexuales sean la leche. Coño, Almodóvar, a unos cuantos, aunque seamos cada vez menos, nos gustaría ver otra cosa.

Publicado en Diario de Avisos

Dolor y bodrio
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