viernes. 02.05.2025

1.- La valla negra que protege la zona del Instituto de Enseñanza Media (antes se llamaban así) portuense, junto a los hornos de cal rescatados del olvido en el Puerto de la Cruz, lleva meses caída. No sé por que se impide transitar por la zona y por qué la valla sigue en el suelo. En el Puerto de la Cruz, cuando se cae algo, no se levanta jamás. He ahí nuestra secular desgracia. El otro día denuncié que había desaparecido la colección completa del “Canarias Confidencial”, la única que existe, y que yo cedí al Ayuntamiento y ni puto caso. Les da igual. Menos mal que se me ocurrió regalar mi colección de postales y fotos antiguas al municipio de Garachico, y no al del Puerto; en Garachico las tienen clasificadas y a disposición de los estudiosos. Pero es que, además, lo digo y les suda la cosa a los responsables. Les da exactamente igual. No hacen ni puto caso a mis reclamaciones. Ya en Santa Cruz, han levantado una valla en la calle Nijota, en la trasera de la clínica Quirón, que será eterna, para evitar que los derrumbamientos de un talud aledaño lleguen a la calle. Hace cuatro o cinco años que está la valla ahí. Una valla metálica, en vez de una malla que realice la misma función pero que mantenga abierta la calle en su totalidad. En Santa Cruz tampoco se mueve ni una piedra. Esta ciudad acabará en el pleistoceno, de la mano del inútil de Bermúdez, el peor alcalde que se recuerda. He visto unas fotos de la vieja leprosería del Porís, que nunca se utilizó, y de una iglesia que creo que se edificó según proyecto de Marrero Regalado, inspirado en un estilo art-decó tardío. El Obispado debería reclamar esa iglesia y restaurarla, porque su interior está lleno de pintadas y de palomas muertas. Yo hasta respetaría algunas de las pintadas. Bien por el Cabildo, que está restaurando el firme de la carretera del “Botánico”, de acceso al Puerto. Esa vía, que es la primera visión que tienen los turistas de la ciudad portuense, debería estar siempre impoluta. Y muchas veces se encuentra llena de hojas de árboles y con los jardines mal cuidados. Una pena. Menos mal que están arreglando el deteriorado firme, que se inunda cada vez que llueve fuerte. Vaya mala suerte que tiene el restaurante del mirador de Humboldt, en La Orotava. Entre el juzgado y los concesionarios se las arreglan para que no se abra nunca. Los casos que entran en los juzgados se eternizan.

2.- Haría bien el Cabildo, a través de los concesionarios de la limpieza de las autopistas, en mandar el camión extractor de colillas de los arcenes. Hay millones. Como se forman colas, los fumadores, que son legión, fuman en el coche y arrojan fuera las colillas, entre otras cosas porque los automóviles modernos ya no traen ceniceros. Por cierto, el grupo Domingo Alonso (VW, Audi, Skoda) es ya el nuevo concesionario de las firmas orientales Honda y Huyndai. Y de algunas marcas de motocicletas. Se venden cien Hyundai mensuales en Canarias. Una pasada. Cinco meses tardan en entregarte un VW descapotable fabricado a gusto del consumidor, por ejemplo negro con capota gris. Como no encuentres uno en plaza tienes que esperarte cinco meses. Una pasada cómo ha subido la demanda de coches.

3.- El Cabildo de Tenerife ha editado un libro, muy bien hecho, de su pinacoteca, amplia, variada y valiosa, repartida por las instalaciones de la institución insular. Un trabajo muy bien hecho, del que ya hablaremos. Marta Casanova, jefa del Gabinete de Carlos Alonso, me ha enviado el libro –bueno, lo fui a buscar yo— y se lo agradezco. Se lo había pedido a mi amigo Efraín Medina, pero no me hizo ni puto caso; debe ser que se le olvidó, como se le olvidó a Gladis de León mandarme el libro de los carteles del Carnaval. “Diario de Avisos”, a través de su Fundación, va a editar un volumen con las entrevistas de mi sección de los lunes, “Mis queridos enemigos”, posiblemente a finales de este año, cuando llegue al centenar. Pues, si les digo la verdad, me hace ilusión. Hace tiempo que no sale un libro mío. El último fue “Todos los magos son del Barça”, que va por su segunda edición y que pronto distribuirá el citado periódico a un precio muy asequible. ¿Qué más les cuento? Ah, sí, ya lo comenté en el periódico de papel, pero lo repito. Un conocido empresario sirio le compró la rotativa a un periódico local para capitalizarlo y luego se la ha alquilado al mismo periódico. Son operaciones de alquimia financiera, de esas que practican los bancos con sus locales cuando están faltos de liquidez. No sabe nada el sirio ese. Parece que lo del Teleférico se arregla el jueves. No estaría de más un plan de emergencia para el futuro. Han tardado poco en solucionar la cosa, la verdad, pero esas averías no nos vienen bien de cara al exterior. Yo tengo mucha simpatía por Carlos Alonso, me parece un buen gestor, pero sólo le pido equidad en su trato con los medios de comunicación, que sólo beneficia su partido a uno, que no es precisamente el mejor. Para ser presidente del Cabildo es bueno ser justo. Carlos Alonso ha hecho más por el Puerto de la Cruz que todos los alcaldes desde Isidoro Luz y por eso le tengo simpatía. Porque uno, aunque crítico con el pueblo, no puede olvidar que es de allí. La sentencia de Las Teresitas sale antes de fin de mes. Ya está redactada, a falta de matices. Los rumores se disparan pero yo no diré nada hasta que no la tenga en la mano, porque no quiero nutrirme de informaciones paralelas. Esto parece una crónica de Abelardo Raidi (“El Nacional”) o de Omar Lares (“El Universal”), los dos grandes cronistas sociales venezolanos, cuando en Venezuela se hacía un buen periodismo de este tipo. Los dos han muerto, paz descansen. Ahora no hay papel. O del marido de Dulce María Loynaz, Pablito Álvarez Cañas, de origen tinerfeño, que practicaba este tipo de periodismo en “El Diario de la Marina” de La Habana, uno de los grandes periódicos de la Perla del Caribe. Qué tiempos.

Cosas que ustedes deben saber
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