jueves. 08.05.2025

1.- Tengo un amigo, quizá de los pocos lectores de esta columna, que me repite que el verdadero atractivo de la crónica, en mi caso, es que nunca sabe nadie por dónde voy a salir. Y asegura que lee a otros cronistas de periódicos y, más o menos, averigua las claves de sus diatribas; pero en mi caso, no. Y esto lo valora él como un atractivo. La crónica es perversa, porque queda escrita y no hay quien la mueva. Cuentas la misma cosa dos veces y te pifias en los detalles y estás muerto. Pero la grandeza de la crónica está también en su descaro. Una crónica es una historia leve. A mí nunca me darán un premio periodístico, no por la falta de calidad de mis escritos, sino porque hay que ser de Madrid. Los cronistas más afamados de la historia de mi tiempo son Umbral , Ruano , Camba , Cela y hasta Azorín . Todos ellos escribían para comer; escribían bien y comían muy bien. La crónica siempre se ha pagado al contado. Hubo un día en que yo hacía crónicas de actualidad para una revista que se llamaba -y creo que aún existe- Teleprograma y ahora me vengo a enterar de que perteneció a Florentino Pérez . O sea, que yo fui empleado del patrón. Aquí en casa tuvimos cronistas muy buenos, entre ellos Paco Pimentel , Almadi y Álvarez Cruz . 2.- La crónica es una evasión. La crónica es papel de envolver, pero cuando la logras acabar te quedas bien; con ganas de leer más, si está bien escrita. Los cronistas de provincias vivimos en desventaja con los cronistas de Madrid. Porque aquello es un círculo cerrado y cuesta. ¿Cuánto le costó a Umbral que lo dejaran sentar en el "Gijón", a él, que venía del Valladolid profundo? A Juancho lo consideran en Madrid un paleto canario; y en realidad lo es. Y cuando gana un premio es que se camela a un alcalde con el cloquío canarión de Arguineguín. El cloquío le ha servido mucho a Juancho para camelarse a ediles y para hacerle la pelota a los del "ABC", único feudo serio que le queda. Incluso ha escrito en la Tercera, aunque nunca le darán el "Mariano de Cavia" porque procede de Las Palmas, como Galdós ; pero sin Galdós.

3.- A los cronistas nos queda el recurso de la incertidumbre que creamos nosotros mismos: "No sé por dónde vas a salir", dice mi amigo. Y como cambio tanto de opinión, porque lo contrario sería muy aburrido, pues es más fácil mantener esa incertidumbre en mis artículos diarios, que publico aquí gracias a la benevolencia del director. Estas cosas las pienso yo mucho, porque hay una filosofía de la crónica, no vayan ustedes a creer, que son la esclavitud y la grandeza del puto folio.

achaves@radioranilla.com

Contigo no sé por dónde vas a salir
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