jueves. 15.05.2025

Por Andrés Chaves

1.- Un empresario decide pagar sus nóminas de diciembre, a petición de sus trabajadores, a través de cheques nominativos de CajaSiete, la antigua Caja Rural de Tenerife. Uno de los empleados va a un pueblo del Norte a cobrar su cheque por ventanilla y encuentra cerrada la oficina. Decide trasladarse al Puerto de la Cruz y tras 25 minutos de espera se lo pagan (1.500 euros) y le cargan tres euros de comisión. Se trata de un talón de CajaSiete en una oficina de CajaSiete. No me cabe duda de la legalidad de la comisión, pero ello no es óbice para que del hecho se desprenda un tremendo mal gusto. La excusa que le dieron no fue otra que el cheque pertenecía a una cuenta de la oficina central y que al cobrarlo en una sucursal se generaba dicha comisión. Con los elementos electrónicos de hoy en día, la llamada de confirmación parece absurda: se mete el cheque en el ordenador, se escanea, se comprueba la firma y se paga. ¿Por qué cargar esos gastos? Este empresario anda muy cabreado con el asunto.

2.- Uno acaba harto de las comisiones abusivas, permitidas por el Banco de España y que causarían sonrojo en el sistema financiero de otros países. Los bancos han sido los grandes niños mimados de este país y sus dirigentes no han hecho otra cosa que destruir el orden económico. Soy un apasionado defensor de nuestras cajas, como ha quedado patente en mis artículos pasados, pero pequeños detalles como el reseñado hacen inútiles mis romanticismos. No es normal que se cobre una comisión en cheques del mismo banco, o por retirada de dinero a través de un cajero del mismo banco, aunque uno mantenga la cuenta en otra sucursal. Me parece una estupidez. Tres euros son quinientas pesetas, que hay que valorar en época de crisis. Y, lo peor, es que la comisión la pagó el trabajador, que necesitaba hacer efectivo el talón de su sueldo, entre otras cosas para comprar los Reyes a sus hijos.

3.- Yo espero que este artículo sirva para algo. Que las entidades bancarias reflexionen y vigilen sus actos. La banca privada española te da facilidades para captarte; cuando te tienen cogido, te cobran esas facilidades a golpe de comisiones; sin piedad. De nada te vale ser un buen cliente de pasivo o de negocio y que jueguen con tu dinero. Da igual. Caen sobre ti como una flecha cuando tienes un momento débil o cuando las circunstancias económicas se desbordan. Te quitan la casa, te quitan el negocio, promueven el concurso de tu empresa y te dejan en la calle sin llavín. Así, sin corazón.

achaves@radioranilla.com

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