Por Andrés Chaves
1.- España mantiene una tasa de paro el doble que la media de la Unión Europea. Es también el país con más desempleados del continente. Canarias ve cómo se eleva en siete puntos la tasa española y se encuentra en cifras impresionantes: el 21% de la población con capacidad para ocuparse no tiene empleo. Dice el vicepresidente Soria que estos datos obedecen a la gran cantidad de inmigrantes ociosos, pero que se están marchando. Yo añado: gracias a Dios. Canarias tiene que ser, primero que nada, para los canarios. Ni un isleño sin empleo. Expulsar a quienes vengan a vagar por las calles o a organizar mafias de ladrones. Cerrar las fronteras a quienes, sin preparación y sin afanes por integrarse, lleguen aquí a desestabilizar la sociedad ante la que deben responder. Abrir las fronteras para quienes desean integrarse, con sentido común y con ganas de trabajar por la tierra en la que quieren vivir.
2.- Algunos idiotas rememoran la emigración canaria histórica cuando hablan de los inmigrantes que arriban a estas islas por mar y por aire, en busca de un paraíso que aquí no existe. Muchos de ellos llegan a vulnerar las leyes, o a la búsqueda de empresarios sin escrúpulos que les contraten. Los canarios también huyeron del hambre y de la persecución política en otros años, pero díganme de alguno que haya ido a Venezuela, a Cuba, a Argentina, a Uruguay, a delinquir y a no integrarse, a trapichear con droga o a crear mafias para la extorsión y el atraco. No, no es lo mismo. Los isleños eran bienvenidos en todas las partes del mundo. Incluso contribuyeron a la épica de algunos países con su esfuerzo y con su sangre.
3.- Unos cuantos progres (que no se lavan las patas desde hace años) me dedican en ocasiones calificativos intolerables. Yo soy un ciudadano del mundo y me he sentido bien en Asia, en África, en Europa y en América. Pero, primero que nada, Canarias tiene que ser para los canarios. Y, luego, para los que lleguen de cualquier parte del mundo a ocupar los puestos de trabajo que la sociedad canaria demande. Ni uno más. Porque somos nosotros, los dueños de esta tierra, quienes tenemos que administrarla. Cada vez nos abandonamos más a nuestra suerte. Hay que acudir a las oposiciones. Hay que sacar la cabeza con dignidad. Hay que tener sentido de nuestro pequeño país. Hay que espabilarse. Si no, nos robarán las islas para siempre.
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