1.- Mil veces me he impuesto no hablar de política y mil veces me he traicionado a mí mismo. Aquí me tienen otra vez, indignado e inquieto, rompiendo mi promesa. El insensato de José Manuel Bermúdez , primer edil de Santa Cruz por la gracia de las matemáticas, quiere nombrar primer teniente de alcalde a un tal José Ángel Martín , socialista, hermano (ideológico) putativo de un abogado de negro que capitanea la opción del "no a todo". Como los dejemos a los dos nos hacen regresar al taparrabos más pronto que tarde. Martín, ex empleado de Cáritas venido a más, fue el que denunció (por lo que se ve, de manera chimba) el caso Las Teresitas, el que arremetió contra la privatización de EMMASA, el que derribó el Plan General de Santa Cruz, el que quiere echar por tierra el edificio de Perrault en San Andrés y el que provoca que en la Gerencia de Urbanismo mande realmente el abogado de negro, convertido en gran corregidor, y que, por supuesto, dentro de ella no se mueva un papel. Ahí tienen en elenco. Los dos, el de negro y el otro, han puesto a Coalición Canaria de chupa de dómine, han llamado corruptos a sus dirigentes y se han dado más gusto que dos monos, despotricando contra los nacionalistas. En realidad, contra todo lo que se mueva.
2.- Bermúdez, que no debe de tener demasiado seso, quiere nombrar a este tipo su principal colaborador, olvidando los insultos, los agravios y las actuaciones de un individuo que no ha hecho otra cosa que destruir la labor del partido del alcalde en el Ayuntamiento de Santa Cruz. Pero Bermúdez quiere seguir agarrado a la teta municipal, a pesar de la oposición de su secretario general, Fernando Clavijo , pero con la bendición de un tal Barragán , que desde Fuerteventura no ha escuchado los insultos de Martín y de su alter ego y, por extensión, de Paulino Rivero . Las paredes del bunker de Presidencia son tan gordas que los insultos de Martín contra CC y sus miembros, incluido el de "corruptos", no los traspasan. O quizá Paulino está sordo.
3.- Quiero que los votantes de Coalición Canaria sepan que si el tal Martín se convierte en primer teniente de alcalde, CC acepta ser un partido corrupto y nunca más podrá defenderse de estas acusaciones, porque quien calla -y encima distingue al agraviador- otorga. Este artículo se lo dedico a estos votantes silenciosos que creían en un proyecto y que ven cómo sus representantes aceptan, a cambio de un cargo, y con evidente falta de dignidad personal y pública, los agravios; y, encima, premian a quienes los pronuncian. No tengo más que decir porque seguir hablando de todo esto me da tanto asco que temo no poder reprimir el vómito.
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