2 de enero de 2007, 13:43
Querido Dimas: no sabes cómo he lamentado, en la distancia, tu ingreso en la cárcel. No te lo mereces. Yo no creo en la Justicia divina, imagínate si creeré en la Justicia humana. Tú no tenías que estar ahí, sino otros que han hecho el doble y siempre quedan impunes. Vera, que robó dinero público, está en la calle, con su familia; y tú en el talego, en la Navidad; qué barbaridad, Dios. Debería aprender el ministro de ¿Justicia? Pero tú, amigo, no eres de su cuerda. Lástima.
Andrés Chaves