sábado. 14.06.2025
Isaac Godoy, consejero de Educación, Cultura y Deportes del Gobierno de Canarias

“Estamos caminando en la búsqueda de soluciones y, por lo tanto, en Playa Blanca también llegarán y lo harán pronto”

“Sería muy malo que un consejero intentara echarle la culpa a un ayuntamiento. Es verdad que hay que ceder el suelo y que el suelo lo ceden normalmente las corporaciones locales, pero también es verdad que la estructura del suelo y la propiedad en Canarias es completamente distinta cuando esa población se localiza en núcleos turísticos donde la escasez del suelo es aún mayor”

-Canarias en general y Lanzarote en particular han crecido mucho en los últimos años, lo que ha provocado un desfase en dos estadios fundamentales, la educación y la sanidad. ¿Cómo está atendiendo su departamento a esta situación, cuál es el desfase real que hay en estos momentos en Lanzarote?

-No, directamente no existiendo un desfase marcado, sí es verdad que el crecimiento de la población derivado de los crecimientos normales de aquellos que vienen implicados por fenómenos migratorios, origina una necesidad de seguir colocando infraestructuras porque la población escolar si bien no crece en términos generales en la comunidad autónoma, si se redistribuye determinadas zonas. Por lo tanto, hay que buscar suelos y colegios. El otro elemento esencial es cómo atender a esa población, porque en muchos casos estamos hablando de niños y niñas que vienen de países con los que o bien no compartimos idiomas o bien no compartimos sistema educativo. Al integrarse de forma normalizada en las mismas aulas que nuestros chicos y chicas, pues hay que tomar medidas y esas medidas significan atender a esa diversidad de alumnado.

-En el aumento de población ha influido evidentemente la llegada de personas de otros países que tienen como usted ha dicho bien otro sistema educativo. ¿La adaptación de estos alumnos se está llevando a cabo con normalidad, nuestros alumnos se pueden ver perjudicados en todo este proceso?

-No, eso no tiene por qué pasar. Realmente Canarias, y en este caso Lanzarote, cuenta con un buen plantel de maestros y profesores de Secundaria que se lo trabajan día a día y es de agradecer y valorar realmente. Lo que pasa es que es una realidad a la que un sistema educativo muchas veces no está acostumbrado y por lo tanto es doblemente valorable ese esfuerzo. Lo que hay que atender es a toda la diversidad, también entre nuestros chicos y chicas y alumnos y alumnas con diversas necesidades. También hay que atenderlos. Lo único que incorpora la inmigración es una nueva necesidad que es, en muchos casos, enseñarles a hablar nuestro idioma o ponerlos al día si vienen de un sistema educativo distinto, pero en todo caso no tiene por qué convertirse en un handicac. Si es verdad que es un esfuerzo que está haciendo el profesorado y una serie de esfuerzos en recursos, formación, nuevos profesionales que se incorporan, una mayor colaboración con ayuntamientos y con servicios sociales.

-Por ponerle algún ejemplo concreto, le hablamos del malestar que nos han trasladado los padres y madres del colegio de Playa Blanca. ¿Qué ocurre con la ampliación de este centro, qué pasa con el comedor escolar, cuándo se va a hacer?

-Bien, en muchos casos las familias deben entender que para planificar un nuevo colegio hace falta la puesta a disposición de suelo por parte de los ayuntamientos. En base a eso se elabora un proyecto, después se licita, se presupuesta, se contrata y eso es un tiempo. En cuanto a los comedores escolares es un servicio complementario que normalmente se pone en marcha en colaboración con los ayuntamientos. La Consejería entiende que cada vez la conciliación de la vida familiar y la vida laboral de los padres y madres supone generar más servicios pero hay que entender que los comedores escolares son servicios complementarios. De hecho, el director general de Promoción Educativa, que es quien lleva ese servicio y además es de Lanzarote, viene haciendo un trabajo ingente y todos los años incrementamos el número de comedores escolares en todas las islas. Por lo tanto, sí hay una tendencia a ir llegando. Es verdad que en determinados momentos y en determinados lugares pueden haber pequeños por no contar con espacios, porque no se haya podido llegar a un marco de acuerdo con las corporaciones locales, pero se va caminando en la búsqueda de soluciones y por lo tanto en Playa Blanca también llegará y cuanto antes.

-Uno de los problemas con el que se han encontrado siempre es con el de algunos ayuntamientos que no ceden suelo. ¿Existe voluntad total de los ayuntamientos para ceder el suelo o se han encontrado algún problema?

-No, yo nunca lo he dicho y además creo que sería muy malo que un consejero intentara echarle la culpa a un Ayuntamiento. Es verdad que hay que ceder el suelo y que el suelo lo ceden normalmente las corporaciones locales, pero es verdad que la estructura del suelo y la propiedad en Canarias es completamente distinta cuando esa población se localiza en núcleos turísticos donde la escasez del suelo es aún mayor. Además, conseguir suelo de las características que determina el Real Decreto que debe haber para un colegio, hablamos de superficies de 8 ó 10.000 metros, pues es bastante difícil localizarlo en la cercanía del sitio donde hay la necesidad. Lo que tenemos que hacer las corporaciones locales y el Gobierno autónomo es colaborar. Lo que nunca podremos hacer, y yo creo que es un ejercicio de irresponsabilidad, es intentar decir que la culpa es del otro. Lo que también hay que explicarle a la sociedad es lo que se tarda desde que se tiene el suelo hasta que se puede construir el colegio, que es un proceso largo.

-¿La burocracia?

-La burocracia y las leyes. Si a mi me dan un solar en el año 2007, hasta que no presupuesto en 2008 no hay dinero. Hay que elaborar el proyecto y el arquitecto tarda una serie de meses. Curiosamente hay que escriturar el suelo a nombre de la Comunidad Autónoma en los casos de los institutos. En otro caso simplemente hay que inscribirlos patrimonialmente. La verdad es que hay burocracia y las garantías de la administración para que las cosas se hagan bien.

-Nos han trasladado también unos padres una queja concreta sobre la conflictividad en las aulas, nos han dicho, no sabemos si será verdad, que es muy frecuente que haya niños que acuden a las clases armados con navajas. ¿Cuál es el nivel de conflictividad que se encuentran en estos momentos en Lanzarote?

-No hay que decir que estamos en una situación crítica como se ve en otros lugares pero no es una situación a la que podamos darle la espalda. Es verdad que la sociedad en general tiene unos índices mayores de agresividad y la escuela es parte de esa sociedad. Si los chicos y chicas ven que los adultos tenemos una forma de resolver los conflictos y los países básicamente mediante la agresión, pues ellos importan ese modelo. Entonces el estado de las aulas es básicamente una necesidad de trabajar mucho más la educación en valores, una mayor confianza entre la familia y el profesorado, puesto que todos tenemos la misión de educar a los hijos, -yo me imagino que usted se acuerda de aquella vecina que le decía a uno cuando era chico que tenía permiso de su madre para darle un cogotazo si se portaba mal- y educaba toda la sociedad. Hoy muchas veces estamos hablando de una sociedad que incorpora nuevos valores, donde los chicos y chicas a través de los medios de comunicación también importan esa nueva forma de ser pero el nivel de conflictividad en las aulas no es altísimo en Canarias y por supuesto tampoco en Lanzarote. Esto no significa que cuando se da un fenómeno de violencia, de agresión entre alumnos, alumnos a profesores, padres, etc. no haya que tratarlo como un caso realmente importante porque en Canarias y lo hemos comprobado casi nunca llueve pero cuando llueve se nos inundan los bajos. Por lo tanto, cualquier caso es importante pero no podemos decir que haya un clima de violencia generalizado.

-Sin embargo, hay un porcentaje alto de educadores que se dan de baja porque no resisten más.

-Es una profesión donde el nivel de tensión es alto y, por lo tanto, en muchos casos también el nivel de valoración social tiene que estar a la par. O sea, que hay que valorar más la tarea que hace el profesor y la profesora y darle mayores instrumentos. Pensemos que el respeto a la tarea que hacen es un elemento fundamental para que uno se sienta reforzado. Eso también te estimula. Si encima no tienes ese respeto o esa consideración. Hay que darse cuenta que es un día a día, estamos hablando de profesionales que estamos con los chicos y chicas durante todo un día trabajando con ellos y que en muchos casos podemos atender a situaciones donde si el chico o la chica no mantiene una serie de valores, tampoco lo refleja el profesor. La escuela tiene que ser un sitio donde se pueda enseñar y se pueda aprender para garantizar el derecho del profesional a impartir sus clases y el derecho del alumno a recibirlas. Todo el que interrumpa ese proceso debe tener en cuenta que está alterando derechos de otras personas y eso afecta. Para cualquier profesional que le guste la enseñanza, no poder enseñar es un trauma.

-¿Y cómo se llega a ese objetivo?

-Básicamente asumiendo que en eso tenemos que estar todos. Es decir, hay que conocer la realidad del aula y en muchos casos hay que tener mecanismos de regulación y autorregulación y hay que enseñarle a los chicos y chicas desde pequeños y en las casa también a respetarse unos a otros. Una familia tiene que ser un respeto mutuo entre padre y madre, tiene que ser un reflejo que estaban antiguamente, como ceder el paso cuando vas caminando o ceder el sitio en una guagua cuando sube una persona mayor. Todas esas cuestiones que empiezan desde chiquititos se reflejan luego en el aula y es el respeto simplemente a que el otro tiene que hacer un trabajo. Para eso hace falta normativa, reflexión, pero sobre todo hace falta que la familia y el centro escolar vayan de la mano.

-Otra de las cuestiones que se han puesto de manifiesto recientemente tienen que ver con el acoso escolar, el maltrato que sufren algunos niños en las aulas. ¿Es un tema que preocupa en estos momentos a su Consejería, es un problema que se ha detectado en Lanzarote?

-Normalmente los fenómenos de acoso nos preocupan hasta tal punto que incluso hemos puesto en marcha el teléfono para que cualquier persona que sufra acoso o que conozca a alguien que sufra acoso, pueda llamar y automáticamente se pone en marcha todo un equipo de atención. Los casos son puntuales pero no están como dije antes generalizados, pero por supuesto esto de que un alumno se vea acosado... Hay que entender que el acoso no es una agresión en un momento, un acoso es una situación que se mantiene durante un tiempo, donde hay una víctima, muchas veces silenciosa, donde hay un entorno que muchas veces conoce lo que está pasando pero mira para otro lado y esas son las características del fenómeno del acoso escolar. Es decir, no estamos hablando sólo de aquel abusador que le quitaba el bocadillo... No, no, estamos hablando de una situación de presión, de agresión psicológica o física continuada en el tiempo. Y lo que hay que hacer, es desde que se detecta alguna alteración, estamos hablando en una familia el chico que iba siempre al colegio contento y empieza a no querer ir. Es decir, hay que ir indagando que puede haber una situación donde alguien esté interrumpiéndole en su tranquilidad, en su normalidad, en su afecto. Por lo tanto, hay que ponerse en contacto directamente con el centro o en el teléfono o en la página web de la Consejería para que el equipo que trabaja y previene el acoso escolar pueda en este caso garantizar el derecho de la víctima y, por supuesto, trabajar también con el agresor que suele ser otro chico u otra chica.

-¿Cómo está la enseñanza en Canarias, porque se dice que el fracaso escolar en Canarias es terrible? ¿Por qué se produce esa situación?

-El fracaso escolar tiene múltiples variables desde la propia diversidad del alumnado, el punto de partida, ha habido estudios a nivel internacional para hablar e intentar descubrir dónde radica realmente el fracaso escolar y los estudios muchas veces tumba muchas teorías. Que si son muchos los alumnos en el aula y resulta que hay países con menos alumnos en el aula y menos fracaso escolar; que si tiene que ver con la cantidad de dinero que se invierte, hay países que invierten menos y tienen mejores resultados. Pero en general lo que sí habría que decir es que Canarias gracias al trabajo de todos esos maestros y maestras ha ido recortando distancias si miramos cómo estábamos por ejemplo hace 15 años con respecto al Estado. Por lo tanto, seguimos teniendo unos índices de fracaso escolar elevados pero cada vez vamos teniendo un avance mucho mayor en la lucha contra el fracaso escolar que otras comunidades autónomas. Pensemos que en algunos indicadores educativos hace 15 años estábamos a 8, 10, 12, 16 puntos detrás del Estado. Ahora, estando por debajo del Estado, sin embargo estamos a dos, tres, cuatro puntos. Es decir, el trabajo de ir recuperando es un trabajo lento. Estamos hablando de la vida escolar de un alumno desde que entra a los 3 años hasta que acaba a los 18, estamos hablando de 15 años. Para que se vea ese avance tienen que pasar muchos años pero yo confío en que el trabajo que están haciendo, porque esto es algo muy importante en Lanzarote, en Fuerteventura, donde la tasa de población de estudiantes extranjeros es muy alta, el trabajo que está haciendo el profesorado para que nadie se quede atrás es lo más que se tendría que valorar. Y es un trabajo que se hace todos los días, todas las horas y durante todo un año. Y por lo tanto es importante que se sepa que al final quien garantiza el éxito escolar, que es lo importante, son esos maestros y esas maestras en cada uno de los colegios de cada una de las islas.

-Conociendo el valor de su quehacer diario, ¿esos maestros tienen el estímulo de la Consejería?

-Nosotros entendemos que si. Me imagino que el que recibe el estímulo puede pensar que es poco, que es lento o que llega tarde. A nosotros incluso nos ha dicho gente que viene de otras comunidades autónomas que si, que aquí se hace bastante formación del profesorado, que aquí básicamente se intenta trabajar pero pensemos que por ejemplo en Canarias el modelo de la escuela pública frente a otros modelos es altamente mayoritario, que tenemos que trabajar con una base de más de 25.000 trabajadores y trabajadoras y yo entiendo que si. Por lo menos saben que como el consejero también es docente valorar el trabajo lo hace, porque además lo conoce. El tema es cómo poder seguir estimulando a este profesorado y sobre todo cómo aportar los recursos para que pueda trabajar. Creo que eso es lo más importante. Por supuesto siempre cualquier recurso dedicado a la educación puede parecer insuficiente pero el ser después de sanidad, el segundo grupo de gastos con más de un 28%, es decir casi un tercio del presupuesto de la Comunidad Autónoma, creo que es un esfuerzo importante de toda la sociedad canaria por su educación.

“Estamos caminando en la búsqueda de soluciones y, por lo tanto, en Playa Blanca...
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