Por A.A.
Este lunes cumplió setenta años uno de los personajes más ilustres de la política canaria, Jerónimo Saavedra Acevedo, presidente del Partido Socialista Canario (PSC), dos veces ministro durante los gobiernos de Felipe González y presidente del Gobierno regional. Una de las primeras felicitaciones que recibió, si no la primera, fue la que le realizó su amigo Agustín Acosta desde el programa “El Despertador” de Lanzarote Radio. En la presente edición reproducimos el interesante diálogo que mantuvieron, diálogo en el que se habló de temas de interés como su más que segura candidatura a la presidencia del Ejecutivo autonómico, la situación política general del Archipiélago y la impresión que obtuvo del homenaje que se le brindó el pasado fin de semana. Sobre este último asunto, sobre el homenaje, no quiso hablar de las destacadas ausencias, y prefirió hablar de las presencias, entre las que resaltó la del ministro de Justicia, su pupilo Juan Fernando López Aguilar, y la del ex presidente del Gobierno autonómico Lorenzo Olarte. Quien sí habló y mal de la ausencia del secretario general de los socialistas canarios, Juan Carlos Alemán, fue el ex secretario general de los socialistas lanzaroteños Segundo Rodríguez, a quien, como a otros muchos, le pareció un gesto muy feo por su parte, un gesto que tal vez tenga algo que ver con la más que probable nominación de Jerónimo Saavedra como candidato a la presidencia del Ejecutivo autonómico, una distinción que por supuesto no rechazará.
-Me imagino que se habrá sentido tremendamente satisfecho después de comprobar el imponente número de amigos, con ausencias justificadas como la mía, que fueron este fin de semana a su merecido homenaje. -La verdad es que estoy contento y satisfecho de tener tantos amigos, aunque alguno estuviera pachuchillo.
-(Toses) Pachuchillo es poco, porque uno está ya curado de espanto. También es cierto que se produjeron algunas ausencias lamentables.
-(Se ríe) Yo también disfruto y me río con algunas ausencias. -Bueno, vamos a la entrevista...
-¿Pero me vas a hacer trabajar hoy también?
-Sí, por supuesto, independientemente de que haya cumplido años.
-Pero si mi cumpleaños es hoy (el lunes)...
-Por eso he dicho que ya los ha cumplido. Bueno, la pregunta, ¿cuál es tu impresión sobre la exposición de César Manrique?
-Conocía algunas obras del periodo de César que se expuso. Para mí fue una sorpresa gratísima hace años ver esas obras en el Hostal de los Reyes Católicos de Santiago. A mí me permite esta exposición que ha organizado la Fundación encontrar raíces que creía perdidas. Hay dos cuadros que son propiedad del casino de Tenerife que tienen un aire que me encanta, que mantienen una atmósfera directamente relacionada con el mar... También tiene aires a la etapa inicial del famoso grupo de Madrid “El Paso”, y también tiene referencias al surrealismo suave de Tapies. Me sigo acordando de lo que me sorprendió en los ochenta ver los cuadros que dedicó a los pescados, donde se encuentran las raíces... Son cosas interesantes que permiten ver la obra primera de un gran artista.
-Todo el que estuvo allí alabó la puesta en escena de los responsables de la Fundación César Manrique.
-Ah, por supuesto, fue magnífica. Me gustó también la colección de cerámicas, que no conocía en absoluto y que me llenaron de sorpresa, sin que llegara a saber si eran las originales, que supongo que lo eran. También había muebles de su primera etapa. No tuve la suerte de conocer el piso de Madrid de la calle Covarrubias.
-Yo sí tuve la suerte de conocerlo, y era un piso impresionante. Pero hay que destacar la labor que ha desarrollado la Fundación. También hay que destacar la presencia de algún que otro curioso pescado, porque alguno de los que se dejó caer por la exposición combatió enérgicamente a César en vida.
-Esas cosas suelen suceder.
-Volviendo a lo del homenaje, ¿cree que alguno no fue porque pensaba que Jerónimo Saavedra ya está difunto?
-(Se vuelve a reír) ¿Quién, yo?
-Difunto políticamente hablando, se entiende...
-Para estar en política activa no hace falta ostentar un cargo público, porque la política es una mezcla de vocación y compromiso con los que te rodean. Si uno estuviese jubilado de la política, no leería la mitad de los periódicos, y yo tengo la costumbre de leerlos todos.
-¿El que tú estés en política activa tiene que ver con que todavía te queda algo por hacer o es una especie de revancha contra alguien o contra algo?
-Ni me falta algo por hacer ni estoy en política por revancha. Además, creo que en la vida siempre hay cosas por hacer, nunca se termina. En mi caso, la política forma parte de mi vida, como la forman la cultura, las creencias y otras muchas cosas. Es una vivencia, forma parte de uno mismo.
-Canarias está viviendo, al menos desde el punto de vista político, su peor momento...
-No, no creo que sea su peor momento. Estamos en un momento de impás, en el que es importante tomar buenas decisiones. Estamos en una situación estática en la que nuestros políticos miran aquí y allá sin tomar decisiones.
-Bueno, rectifico, si no es el peor momento, es uno de los peores. Además, está claro que el estatismo del que habla es el primer paso que conduce a la regresión.
-Efectivamente, eso es así. Hay que tomar decisiones. En todas las islas se están produciendo discusiones que están paralizando muchos proyectos importantes, algunos vitales. Se discute por el puerto de Granadilla, por los tendidos eléctricos... Son muchos los temas que se van empantanando y que no se resuelven. Es tremendo pensar que Unelco, sin ir más lejos, ha estado desde el año 88 esperando a que le autoricen el tendido desde la planta de Granadilla hasta el sur, donde se ha montado todo el turismo, un lugar en el que si no es porque se han montado unas turbinas nuestros turistas estarían sin luz y dejarían de venir. Que esto ocurra en 1940 tiene un pase, pero que ocurra en 2006 no lo tiene. Me acuerdo cuando tenían que mandar a Lanzarote un barco para que produjera la luz, antes de que Unelco fuera empresa pública, y desde entonces se ha evolucionado. Pero en otras islas pasan cosas como las que cuento, y no es de recibo que eso sea así. Parece que la gente está mirando para otro lado, cuando de eso depende el futuro económico de una isla tan importante como Tenerife. Insisto en que desde el año 88 no ha concluido el expediente para realizar el tendido eléctrico. Con gente así no se puede, y ahí entran responsabilidades de ayuntamientos, cabildos y Gobierno de Canarias.
-¿Qué quiere decir, que en Canarias se ha instalado la mediocridad más absoluta o el bananarismo, o las dos cosas a la vez?
-Pues si me apuras podría decir que las dos cosas a la vez. Hay personas destacadas dentro de la política regional, pero quedan tapadas y ahogados por los más mediocres. La tendencia en Canarias es el miedo absoluto a tomar una decisión, decisiones que satisfacen a ochenta pero dejan insatisfechos a veinte. Hay que encontrar gente que esté dispuesta a pagar ese precio político. Una sociedad tiene problemas muy complejos y hay que estar a la altura para poder resolverlos.
-Cambiando de asunto, o no tanto, algunos dicen, o piensan en voz alta, que tú quieres llegar a la presidencia del Gobierno regional para saldar o cobrar una vieja deuda.
-Te repito que no es así, que yo no funciono con ese tipo de mecanismo revanchista. Lo he dicho por escrito y oralmente, que no tengo ninguna cuenta pendiente.
-¿Te olvidas rápido de las cuentas pendientes, del que te hace alguna que otra trastada, del que te da alguna que otra puñalada trapera?
-Pues sí, y eso es lo que más felicidad me proporciona.
-O sea, que eres un hombre feliz ahora, ¿no?
-Soy un hombre feliz, pero no ahora, siempre lo he sido.
-Eso es imposible, no se puede ser feliz siempre, hay momentos traumáticos en los que uno cree que no merece la pena estar en este mundo.
-Sí, claro que hay momentos traumáticos, pero se superan. Todo el mundo pasa por ellos, pero yo no paso por hipocondrías, ni por depresión por cumplir años, ni tengo bajonas, ni me pongo depre... Hago un esfuerzo constante por mantener el equilibrio.
-Regresando al merecido homenaje del fin de semana, me gustaría destacar la presencia del ministro de Justicia, Juan Fernando López Aguilar, alguien que siempre, al menos en esta casa, ha merecido el mayor de los elogios, “blancos” a parte. Supongo que su presencia fue una de las más gratas.
-Efectivamente, así fue. No hay que olvidar mi concepto de pedagogo, de maestro, y en cierta forma he contribuido a que el alumno o discípulo llegue donde ha llegado.
-Yo estaba rascado como un piojo por no haber ido, no sólo por estar con el amigo sino por dar un abrazo a alguien a quien quiero mucho, a Isabelita Saavedra.
-(Se ríe) Sí, allí estuvo, y se emocionó mucho.
-No me extraña. Los que la conocemos sabemos que su única debilidad en la vida ha sido su hermano Jerónimo.
-Tengo esa suerte.
-Bueno, dejemos los sentimentalismos y volvamos a la acción. ¿No te pareció un poco rara la ausencia del secretario general del PSC, de Juan Carlos Alemán?
-A mí no me corresponde opinar sobre el tema, sobre todo porque ya han opinado los demás.
-Yo también opino: me parece una mamarrachada y una falta de gratitud, porque tú fuiste el que le metió en política.
-(Silencio)...
-Bueno, acepto ese silencio como respuesta. Ahora te vas a jubilar de la universidad, lo que a más de uno ha sentado como a cuerno quemado, porque ahora vas a tener más tiempo para enredar.
-No, porque uno trata de mantener todos los motores de la vida, y el tiempo libre no existe. Estaré presidiendo actividades culturales de música, estaré en la fundación de Aena, estaré en ONGs, estaré haciendo cosas que me mantienen activo y espabilado.
-Bueno, a pesar de todo lo que se ha dicho, ¿sigues teniendo esperanza de ser candidato de tu partido a la presidencia del Gobierno?
-(Se ríe) No estoy obsesionado con ser candidato a la presidencia del Gobierno.
-No me gusta la hipocresía, y tú sabes, mirando a tu alrededor, que no se puede permitir que sigan medrando los mediocres.
-El partido es el que decidirá si soy el candidato a la presidencia del Gobierno, es una decisión que no me corresponde. Eso sí, no voy a negarme si me proponen, porque soy cautivo de mi historia y de mi agradecimiento.
-Sí, pero el partido también te debe mucho.
-Debo yo mucho más al partido. El viernes por la noche repetí una frase que escuché a Ramón Rubiales, que fue presidente del partido durante muchos años, alguien que siempre presumía de tener una pierna en el sindicato y la otra en el partido, funcionando y caminando con las dos piernas sin problema, incluso antes de que fuera un derecho para todos los españoles.
-Jerónimo, de verdad, sentí mucho no haber estado en tu homenaje, y lo sentí por ti y por Isabel.
-Soy muy consciente de eso.