Estamos cansados de las muchas tonterías que se están diciendo estos días en torno al polémico y desafortunado artículo de El País sobre la situación urbanística de Lanzarote y sobre su presunta corruptela política. Nos gustaría saber, ahora que salen tantos defensores de la contención del crecimiento, qué hacía don Manuel Fajardo en 1998 cuando se aprobó la moratoria, o qué hacía el que parece que es único paladín del “camas cero”, don Carlos Espino. En el caso del primero lo tenemos claro, no era siquiera afiliado del Partido Socialista. En el caso del segundo tenemos bastantes más dudas, porque nos faltan datos para completar la biografía. Eso sí, lo que tenemos claro es que él no fue uno de los que luchó por evitar que se construyeran los hoteles contra los que ahora parece tenerla tomada. Nosotros sí, nosotros, los integrantes de esta redacción, nos dejamos los ojos buscando documentos y los dedos aporreando los teclados de los ordenadores haciendo las denuncias, gastamos suela de zapato recorriendo parcela por parcela facilitando en muchos casos la labor del Cabildo y de sus servicios jurídicos, los de entonces y los actuales. Por eso sabemos que lo de El País no es ninguna noticia y es un ataque evidente contra los intereses de la Isla. Por cierto, que llevamos varios días detrás del autor de la noticia y parece estar desaparecido en combate. Nos dicen que está de vacaciones. Tendremos que creerlo.
