Parece que hay gente metida en el mundo de la política a la que le molesta que la nueva hornada de personas que se han acercado hasta este apasionante aunque en ocasiones ingrato mundo tenga la costumbre de decir la verdad. Ya se sabe que en política el verbo que más se conjuga es el “mentir”, y el que menos el “dimitir”. Y se le podrá acusar de cualquier cosa (con pruebas, siempre con pruebas), pero desde luego nadie puede decir que Antonio Hernández, el primer teniente de alcalde del Ayuntamiento de Arrecife, tenga por costumbre no decir la verdad. Es más, cada vez que este medio de comunicación le ha llamado para interesarse por algún asunto ha dicho lo que pensaba, la verdad. Eso no termina de sentar bien a algunos, que creen que dice más cosas de las que debería decir. Un buen ejemplo lo vivimos este lunes, cuando confesó en el programa “El Despertador” de la 95.8 que la Policía Local de Arrecife no tiene un aparato para medir el ruido de los locales de ocio. A alguno le habría gustado más que se hubiera ido por las ramas, como suelen hacer los especialistas del “no decir nada”. Sin embargo, parece que con Antonio Hernández se está comprobando que no pasa nada por decir las cosas como son. Eso sí, también está bien que cuando haya problemas, como los hay en estos momentos en el Consistorio capitalino, se afronten y se resuelvan, y para eso hace falta mucho trabajo. ¿En todos los sitios se está trabajando igual?
LA SINCERIDAD DE DON ANTONIO
21 de agosto de 2007, 14:50