Qué curioso se está poniendo el panorama político, empresarial y mediático, si se nos permite utilizar esta última palabreja que ya se recoge en el diccionario de la Real Academia Española de la Lengua. Todo el mundo está cogiendo posiciones, todo el mundo intenta arrimar el ascua a su particular sardina. Por nuestra parte, les podemos prometer y prometemos, que suscribiría el pobre Adolfo Suárez -qué triste final para un hombre tan grande-, que no estamos “encadenados” a nadie, a ningún grupo económico ni político. A nosotros nadie nos va a determinar la línea de actuación a favor o en contra de determinados ataques que ya sabemos que se están produciendo y que también sabemos que se van a producir. Ataques, muchos ya lo saben, que tienen especial relación con los temas urbanísticos, esas golosinas para unos pocos que se hacen millonarios de la noche a la mañana. Pero tampoco les vamos a hacer el juego a aquellos que lo único que pretenden es escarbar para encontrar más mierda de la que ya flota. En el momento en el que haces algo así estás perdido como medio de comunicación independiente, y nosotros, insistimos, no tenemos “cadenas” con nadie.
