jueves. 05.06.2025

Estamos muy sorprendidos después de que la Llorona se haya puesto en contacto con nosotros para pedirnos no sabemos muy bien qué. Ni siquiera la curiosidad periodística que nos empuja a seguir a pesar de las muchas adversidades nos ha llevado en esta ocasión a descolgar el teléfono. Y es que la Llorona no se merece ni siquiera que gastemos unos céntimos en una llamada. Si quiere algo, que parece que quiere, que vuelva a llamar. Tampoco queremos especular demasiado sobre el asunto, aunque nos podemos imaginar que las cosas no andan demasiado bien. Estamos en una crisis económica de primera magnitud que nos debería preocupar a todos, pero estamos también, y esto para nosotros es mucho peor, en una crisis política de tres pares de narices. En estos momentos nuestros representantes públicos no se representan ni a sí mismos. Son el grupo de políticos de más bajo nivel que se recuerda. Sólo hay que ver el triste panorama que refleja la agenda diaria de los actos convocados para darse cuenta de que o son más vagos que la chaqueta de un guardia o carecen de la inteligencia suficiente para desarrollar proyectos, para presentar iniciativas. Volviendo al tema de la Llorona, todavía recordamos cuando vino a esta casa echando pestes por la boca contra el Picudo Rojo y contra Lito “El Cágala”. Tenemos testigos dispuestos a contar con pelos y señales las pestes que salían por su boca. Ni se imaginan lo que decían de ellos. Pidió ayuda y se le ayudó, porque entonces la Llorona era una buena amiga. ¡Qué cosas tiene la vida! Después de llegar donde quería se olvidó de aquellos que le ayudaron y se abrazó al Picudo y a Lito como si fueran sus amigos del alma. Lo malo para la Llorona es que el tiempo, y lo estamos comprobando en varias historias que les iremos desgranando poco a poco, pone a cada uno en su sitio. A esta parece que le conduce a un lugar del que difícilmente va a poder salir. Tal vez esté mal asesorada, tal vez tenga menos capacidad de la que nosotros pensábamos.

¿QUÉ QUERRÁ LA LLORONA?
Comentarios