sábado. 03.05.2025

Llevamos mucho tiempo callados -tal vez demasiado- soportando las estupideces de unos y de otros, soportando ataques injustos sobre nuestra excesiva escora hacia determinada ideología política. Estamos cansados, y poco a poco iremos poniendo a cada uno en su sitio. Eso sí, antes tenemos que dejar claro otro asunto, uno que nos tiene bastante cabreados y molestos, el de la publicidad institucional del Gobierno de Canarias. No es ni lógico ni normal que el Ejecutivo que dirigen Coalición Canaria (CC) y Partido Popular (PP) esté vulnerando sistemáticamente la obligación que tiene con nuestros medios de insertar la publicidad institucional correspondiente, tal y como hace religiosamente en otros medios mucho más afortunados. Cada anuncio que han visto aquí, cada publicidad de nuestra más que seguida edición digital (ya les hemos dicho que tenemos pruebas que demuestran que es con diferencia la más leída de Lanzarote) ha tenido que ser peleada y reclamada, llegando un momento en el que el hartazgo supera a la paciencia, agotada y marchita. Estamos hartos de tener que ir mendigando lo que en justicia nos corresponde, aburridos de ver cómo se nos toma el pelo sistemáticamente, ofreciendo siempre excusas peregrinas que no se cree nadie, mucho menos nosotros, que de bobos, aunque piensen lo contrario, tenemos poco. No entendemos cuál es el problema que existe entre aquellos que distribuyen la publicidad, como no entendemos qué criterio es el que se sigue. Lo que sí que sabemos es que en tres ocasiones en nuestra anterior etapa profesional conseguimos ganar los pleitos por esta misma cuestión al Cabildo insular de Lanzarote. Todo sea que tengamos que volver a los tribunales, para que se haga justicia de una vez y se deje de jugar con nosotros. Mientras esto sucede, mientras somos sistemáticamente marginados por el Gobierno de Canarias -no hablamos del Cabildo de Lanzarote porque eso es de sobra conocido, el amor que doña Manuela (o Mela) y sus muchachos nos tienen-, tenemos que aguantar campañas de descrédito de todo tipo y que muchos energúmenos vayan diciendo por ahí que somos un medio afín a Coalición Canaria. ¡Pues menos mal que somos afines a Coalición Canaria, porque de lo contrario no sabemos qué gallo nos habría cantado! El quíquere de Suso Machín seguro que no. Si les dijéramos a nuestros queridos oyentes lo que hemos facturado del Gobierno de Canarias en la gloriosa etapa de gobierno de Paulino Rivero más de uno y de dos se caería de culo. Sabemos que tenemos una legión de admiradores dentro de Coalición Canaria, entre los que destaca el Vacioleta, Luisito “El Cartero” y Chabeli “La Gilipolleta”. Para nuestra desgracia, no son los únicos. Otros que nos dan palmaditas en la espalda luego si pueden nos clavan el puñal correspondiente. Son los mismos que luego determinan que hay que darles la publicidad institucional del Gobierno que sostenemos todos con nuestros impuestos a algunos medios que son más que sospechosos de ir en contra de los intereses del nacionalismo, algunos que de hecho están casi dirigidos desde la progresía lanzaroteña. ¿Por qué lo hacen? Pues la verdad es que no lo sabemos, aunque nos lo vamos imaginando. Parece que esa es la fórmula que funciona: cuanta más leña les dan, más les gusta. Es una especie de masoquismo que se eleva a límites insospechados. De lo contrario no nos explicamos esta historia de la publicidad institucional. Ya estamos cansados, de verdad, cansados sobre todo de tener que ir mendigando algo que nos pertenece, que nos ganamos con nuestro esfuerzo diario. No es fácil mantenerse con el boicot que sufrimos de la Primera Corporación de Lanzarote. Mucho menos si además los palos también te llegan desde las otras opciones políticas. Y hablamos de Coalición Canaria porque del Partido Popular no merece la pena ni hablar. Doña Rita, a quien los medios de Gran Canaria dan por liquidada en la futura remodelación del Ejecutivo paulinesco, se ha portado como una campeona con nosotros. Tanto que llegó incluso a pagar a algunos medios por su “presencia” en Fitur sin que se justificara en absoluto su trabajo en Madrid cuando nosotros cubrimos la feria, como hacemos todos los años, dedicando horas de programación en la radio y en la televisión y hojas y hojas en nuestro diario. Pero esa es Doña Rita, un dechado de virtudes, especialmente oratorias, que no han pasado desapercibidas para nadie. Luego se junto con Eño “El Generoso” y todo fue a peor, porque entre los dos gestaron un monumental engaño que tenemos grabado y que tal vez algún día ofrezcamos a la consideración pública, para que todo el mundo sepa qué tipo de personas se meten en política y escalan nada menos que hasta cargos de la responsabilidad del que hasta el momento ostenta Doña Rita. Esperamos que con este breve comentario todo quede ya más o menos claro. No queremos más equívocos. Cada cosa en su sitio. Ellos a lo suyo, que nosotros empezaremos a ir a lo nuestro, que ya va siendo hora. Abróchense los cinturones que vienen curvas.

LA PUBLICIDAD INSTITUCIONAL, ESE MAL QUE NO CESA
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