viernes. 02.05.2025

Lo que está sucediendo en la política de Lanzarote no es ni medio normal. O sí, todo lo normal que puede ser en un lugar en el que por desgracia estamos acostumbrados al disparate continuo. La salida de dos jóvenes promesas del PSOE y del PIL como Miguel Ángel Ferrer e Isaac Castellano (noticias por cierto que avanzó en primicia informativa este diario en su versión digital -si no lo decimos nosotros no lo dice nadie, que nos perdonen nuestros habituales lectores por tener que recordarlo-) no son más que el ejemplo de que algo raro está sucediendo. Nadie a estas alturas se cree las razones de tipo “personal y familiar” alegadas en su escrito de renuncia por Ferrer. En esta islita nos conocemos todos, y sabemos la profunda crisis política e institucional que existe. Hace tiempo que lo venimos advirtiendo, pero nadie, o casi nadie, nos hacía caso. Y por desgracia la cosa no se queda aquí. Vendrán otras salidas y otras renuncias, como la de Aurora Pérez, del Partido Popular (PP), único caso en el que nos creemos lo de los motivos “laborales”. ¿Cree alguien que así se puede gobernar, este es el modelo de la política de futuro que queremos para esta sociedad? Nos preguntan algunos lectores por la solución al problema. No sabemos qué contestar. Esto es complicado, difícil de solucionar. Tal vez imposible. El mal está tan enquistado que no es sencillo encontrar fórmulas que acaben con el disparate. Por cierto, que un lector de esos que participa en los foros de nuestro periódico colgó algo con lo que estamos de acuerdo: la política de Lanzarote es como el Festival de Eurovisión, está totalmente desprestigiada. No nos extraña que como castigo nos sigan llegando políticos que están a la altura del Chicki Chicki. Manda huevos, que diría Trillo.

LA POLÍTICA DE LANZAROTE ES EUROVISIÓN
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