El presidente del Cabildo de Lanzarote, Pedro San Ginés, tiene fama de no retener en la mente nada que quiera contar. Por eso mismo algunos creen que no es bueno para liderar estrategias políticas, donde el arte del engaño es fundamental para lograr el objetivo que se persigue. No debe ser así cuando podemos constatar que hace un par de semanas nos metió a muchos medios un gol en fuera de juego cuando anunció que una de las opciones principales que se barajaban dentro del complicado panorama político insular era un obligado apoyo del Partido Socialista (PSOE) a su pacto en minoría para evitar que se produjeran alteraciones en las teóricas estabilidades que los socialistas tenían en San Bartolomé y Arrecife gracias a ellos. Cuesta creer que San Ginés no supiera que la idea que tenían en Coalición Canaria (CC) era la de terminar de una vez con el cuento del lobo abandonando el pacto de la capital. Así, es evidente que se puede determinar que marcó mal el camino a seguir, y que lo hizo a propósito.
Independientemente de las razones que pudiera tener San Ginés para jugar al despiste, toda vez que sabe hace mucho tiempo que ha fracasado de forma estrepitosa la extraña estrategia del PSOE para censurarle en el Cabildo, es evidente que en su partido tienen un plan, y que han comenzado a ejecutarlo. El viernes pasado todos los concejales de CC en Arrecife adelantaron a sus amigos, parientes y a algún trasto viejo lo que iba a suceder el lunes. En el PSOE, aunque llevaban tiempo invitándoles a coger la chaqueta, no terminaban de creer que fuera verdad lo que se decía por las esquinas. Durante el fin de semana sin embargo llegó la confirmación, y nos consta que no hizo demasiada gracia a todos aquellos que están todavía controlando en los cuarteles de invierno las múltiples y torpes estrategias de los socialistas. “¿Los de Coalición tendrán atada la moción de censura?”, se han preguntado una y otra vez desde que supieron que los cinco del patíbulo se largaban.
La información que manejamos en este confidencial es bastante clara: CC no tiene número para presentar una moción de censura contra Eva de Anta. ¿Quiere decir esto que se han lanzado a la piscina como lo hizo el PSOE en verano en el Cabildo? La respuesta es no. Los nacionalistas han meditado profundamente sobre los distintos escenarios que se iban a encontrar con su salida del asirocado grupo de gobierno de la capital lanzaroteña. El primero, el más sencillo, el del número para presentar la moción de censura. Las cuentas son fáciles: ellos, el Partido Popular (PP), el Partido de Independientes de Lanzarote (PIL) y Ciudadanos suman los 13 concejales que necesitan para eliminar a De Anta. Con el PP la cosa está más que hecha. Está todo atado y bien atado, incluyendo el Cabildo si finalmente prospera el plan de la capital. Con el PIL no debe haber dificultades, toda vez que esta organización sigue jugando sus cartas de forma inteligente esperando a que sean los otros los que se muevan, para en el último instante sumarse a los que tengan el timón del barco entre las manos. El único problema, por tanto, está en Ciudadanos.
La formación naranja no ha tardado ni un minuto en sacar este mismo lunes una nota de prensa para dejar claro una vez más que con ellos no se va a hablar de intercambio de sillones. Aunque ya no se pueden agarrar a la excusa de que en Arrecife no hay inestabilidad como hacían cuando les proponían censurar al PSOE, se van a seguir agarrando a otras razones para evitar que les obliguen a ser la formación que haga alcaldesa a la presidenta del partido al que no sólo están arrebatando antiguos dirigentes sino al que es muy probable que pretendan en breve arrebatar gran parte de su electorado. En las reuniones de Ciudadanos, como es lógico, pesa mucho el hecho de que sumarse a una moción de censura en Arrecife es sumarse a garantizarle una importantísima cuota de poder al PP, que entraría en los gobiernos de las dos principales instituciones de la Isla y con un poco de más mala suerte para el PSOE incluso en el de San Bartolomé. De ahí el comunicado que han enviado a los medios. ¿Va a ser capaz de resistir esta formación todo lo que se le viene encima? Será una prueba difícil. CC y PP van a desplegar todo su arsenal para intentar hacer ver a la población de dentro y de fuera de Lanzarote que si no se consigue cambiar el desnortado para ellos Gobierno de la capital es por culpa de Ciudadanos. ¿Es para ellos mejor propiciar el cambio y ganar poder o impedir que lo hagan otros? Lo están estudiando, seguro.
Porque razones objetivas para el cambio saben que hay, y razones de peso que ellos comparten con aquellos que entienden que Arrecife se merece una política mucho mejor de la que ha padecido en los últimos años.
La Agrupación Socialista de Lanzarote
El PSOE sigue sin eliminar a sus nefastos asesores, incluyendo a los que lo hacen desde algunos medios afines. En otro escenario y en otro partido hace tiempo que les habrían hecho saltar desde la plancha del barco para que les devorara alguno de los hambrientos tiburones que suele aparecer siempre en casos así. Pero en el PSOE parece que siguen confiando en los mismos que les han llevado de fracaso en fracaso. Ahora en Arrecife, esos mismos son los que han entendido que el concejal David Duarte es una buena opción para liderar el Comité Local más potente de la Isla, una vez que el de Tías está desde hace tiempo partido por la mitad. Son los mismos asesores que no esperaban ni de coña que los cinco concejales de CC se fueran en pleno mes de diciembre, los mismos que seguramente no sabrán cómo afrontar la marcha de Dolores Corujo en San Bartolomé y los mismos que son incapaces de explicar cómo es posible que haya fracasado la moción de censura en el Cabildo.
El PSOE sigue teniendo margen de maniobra, y estamos convencidos de que se han puesto manos a la obra. Para garantizarse la continuidad de Eva de Anta y de los suyos basta con que consigan convencer a Ciudadanos de que no les conviene sumarse al proyecto que lideran CC y PP. En la famosa foto del Charlo la alcaldesa y el concejal Víctor Duque avanzaron algo en este tema, al menos en lo que respecta a las relaciones personales, que también son importantes para evitar un quítate tú para ponerme yo. Porque Duque no cerró ningún acuerdo con De Anta. Estamos convencidos, como estamos convencidos de que otros en otras reuniones sí lo hicieron. Porque como reconoció el propio concejal, el cayó en la trampa de la foto del Charco como un panoli. En otra ocasión contaremos quién hizo la ya famosa foto y por qué.
Por lo demás, todo controlado: Somos Lanzarote no sólo no participaría en una moción de censura con el PP sino que ni siquiera van a ser invitados a debatirlo, como tampoco lo serán convidados a ningún tipo de contubernio los concejales de Ganemos. Es lógica elemental, teniendo en cuenta los antecedentes provocados por el desaguisado del Cabildo.
Ahora bien, salven o no el Gobierno de Arrecife, consigan o no hacer alcalde a Alexis Tejera, el PSOE tiene otros problemas. El primero, intentar que el partido no se desangre en el nuevo proceso interno que tienen que concluir antes del 21 de diciembre, el de la renovación de los comités locales. La cosa no va nada bien. Es más, sabemos que de ahí, como la cosa siga así, podría surgir algo que ya se comenta medio en broma medio en serio en los mentideros de la política, la posibilidad seria y cierta de que un grupo importante de disconformes con la gestión que ha hecho Dolores Corujo del último congreso termine creando un nuevo partido. El nombre, si es que no van y está registrado, es bastante obvio: Agrupación Socialista de Lanzarote o Agrupación Socialista Lanzaroteña, una especie de continuación del proyecto que lidera Casimiro Curbelo en La Gomera y que se podría extender a otros territorios si Ángel Víctor Torres y los suyos no cortan la sangría a tiempo. Si la gente de José Montelongo y compañía no presentan candidatura en Arrecife contra David Duarte, es muy posible que no sea por la falta de ganas de batalla que tienen o por la rendición ante la evidencia numérica, es muy posible que sea porque lo de la Agrupación Socialista de Lanzarote no sea sólo una coña que compartir de risas y fiestas detrás de un par de cervezas en el Charco de San Ginés. La cosa se pone seria.
