El refrán es sabio y su sentencia está cargada de un realismo extraordinario. Nos dicen, que recientemente, los socialistas de Tías, cabreados como chinos, pedían la testa de Don Carlos Espino por no estar de acuerdo con sus actuaciones medioambientales, también, es cierto, que a los que se expresaron de esta manera los tacharon de locuelos por osar pedir la ejecución de tan prestigioso proser de la política Cabildicia.
Nos cuentan y no las lenguas de doble filo, que se está investigando la relación directa que puede haber entre dos empresas inmobiliarias de gran protagonismo en los últimos tiempos en estas tierras, por si, se ha producido una determinada incompatibilidad, sabemos el nombre de ambas, las dos sociedades y también los nombres de los presuntos incompatibles, pero de momento, preferimos callar por un poco de decoro y hasta por vergüenza ajena. A pesar de nuestro prudente silencio, prudente pero no cómplice, sabemos que otros que conocen casi tanto como Crónicas denunciarán esta anómala circunstancia porque producirá un importante rédito político. Así que los presuntos implicados que abran el ojo y esparramen la vista sobre todo el famoso “chorrillo” verde a quien Dios libre y guarde o mejor que Dios nos libre y nos guarde de sus enfermizas acciones.