La Audiencia Provincial de Las Palmas se desplaza esta semana nuevamente a Lanzarote (¿hasta cuándo durarán estos desplazamientos, habrá finalmente sala desplazada como piden desde el Colegio de Abogados de Lanzarote?) y lo hace para celebrar varios juicios importantes. Uno de ellos, tal vez por su repercusión en los medios y por todo lo que se ha hablado y se ha escrito del asunto el más destacado, es el de los dos policías nacionales que están acusados de propinarle una paliza a un joven de Ghana a la salida de un conocido bar de la capital de Lanzarote, El Linde, situado entre la calle Canalejas y Coronel Bens. Como suele suceder en estos casos, hay dos versiones absolutamente opuestas, la del ciudadano africano, que asegura que le propinaron una monumental paliza sin venir a cuento y estando de paisano, y la de los dos agentes, que insisten en que sólo cumplieron con su obligación. Es un juicio escabroso que va a dar mucho de qué hablar, como es lógico. Parece que se van a presentar varios testigos por ambas partes. Habrá que contarlo tal cuál es, para que no se genere una alarma innecesaria, que bastante tenemos ya en la Isla.
