Un día sí y otro también nuestra ínclita consejera de Turismo del Gobierno de Canarias nos avergüenza con sus ocurrencias. La última, ya lo saben, fue la de hablar en inglés ante el aburrido hemiciclo canario para demostrar primero que lo sabe hablar sin trabarse más de tres veces por frase y para salir al paso de una acusación sobre el uso que se está dando al dinero público para cursos de inglés en su departamento. Lamentable, muy lamentable. Menos mal que parece que cuaja esa idea de que Soria se la cargue. Lo seguimos diciendo bajito para que no se gafe el asunto. Por cierto, que recientemente un seguidor habitual del programa nos afeaba que nos hubiéramos metido con el peso de la susodicha consejera. Nada más lejos de la realidad. Decir que es una “mujer de peso” no es llamarla gorda. De “peso” puede ser dentro de su partido. Si no, ¿cómo es posible que le dieran un cargo tan importante? Pero insistimos, no somos los únicos que tenemos justificada manía a Doña Rita. En Canarias Ahora la volvían a retratar este jueves de la siguiente manera: “Hace tiempo que sabíamos que a muchos políticos de esta autonomía el prestigio y buen nombre del Parlamento se la refanfinfla por completo. Rita Martín, nuestra musa de temporada primavera-verano, se hizo la graciosa este miércoles con la complicidad de su grupo y del de Coalición Canaria, cuyos diputados se lo pasaban pipa. Rita comenzó a intervenir en inglés, lo que no está permitido, para acabar por reconocer que, efectivamente, Marc Anthony está contratado por su departamento para documentos técnicos y discursos. Sabemos que no, que son clases particulares de inglés, pero habrá que meter el asunto en los juzgados para que un juez mire a ver si lo que dice la consejera es verdad. Que Paquirrín está al borde de un paquete por 157 euros y media docena de operarios municipales. Tras esta extravagancia de Rita Martín, mintiendo al Parlamento en plan marca de la casa, sólo nos cabe preguntarnos con qué cara se va a presentar en la Consejería de Turismo a mirar a los ojos a todos sus funcionarios, que conocen perfectamente la existencia de estas clases particulares de inglés a su viceconsejera y a su Claudio Guión Floripondio. Nos sorprende que, ya puesta a hacerse la graciosa y a mentir, bien pudo haberse instalado en la chulería y decir la verdad, con los brazos en jarras y diciendo aquello de "yes, it's true, what happen with you, baby?”
MÁS DE DOÑA RITA
25 de abril de 2008, 6:28