Desde Tabayesco hasta Playa Blanca todo el mundo sabe que los hijos de Farinelly son tontos de capirote. Y que nos perdonen los tontos si los tenemos que comparar con semejante panda de cuervos, de esos que los crías y te sacan los ojos. Ya lo advertimos hace unos días. Cada vez que quieran caldo van a recibir tres o cuatro tazas. No aguantamos un disparate más de aquellos que lo único que han hecho en la vida es intentar progresar -intentar- con los bienes ajenos. Lástima que no tuviéramos en nuestro poder una bola de cristal de esas que adivinan el futuro para saber todo lo que estos miserables iban a hacer, porque otro gallo les habría cantado. Pero volvemos a la última bobería de estos bobos. Los amigos del Picudo Rojo, amistad que desde otras orillas no parecen percibir -a lo mejor es que no la quieren percibir por algunos “extraños” intereses-, han silenciado los resultados de una muestra en la que se retrata a la perfección su incapacidad manifiesta para trabajar con cierta inteligencia. Digamos simplemente para trabajar, porque, salvo alguna excepción que confirma la regla, en este grupo son más aficionados al ganduleo que a otra cosa. Pues eso, que fueron a por lana y salieron trasquilados. Y que no se preocupen, que en Tabayesco, aunque les pese, hay gente muy inteligente capaz de hacer estudios, sondeos, muestras y encuestas a la altura de cualquier perfil. Queda dicho.
