viernes. 02.05.2025

En ocasiones la radio se convierte en un instrumento maravilloso para hacer milagros. Y de milagro se puede calificar el hecho de que pueda resolver problemas como el que tenía Manuel Pérez, un hombre mutilado por la enfermedad que tiene una hija de 23 años, Jeannette, que padece una minusvalía física, además de mental, que le impide caminar, por lo que tiene que servirse de una silla de ruedas. Eso si la tuviera, porque no la tiene, y lleva dos años esperando a que le den una respuesta, los mismos años que lleva su hija encerrada en casa sin poder salir, mirando por la ventana como la gente que puede caminar sin problema circula por aquí y por allí. Hasta este jueves, momento en el que el decano de la prensa insular, Agustín Acosta, cogió los toros por los cuernos y largó en su Despertador mañanero la historia. Como ya ha hecho en otras muchas ocasiones -recordamos sin ir más lejos la ocasión en la que consiguió en un día recaudar el dinero suficiente para comprar una furgoneta Mercedes adaptada para un niño que se había quedado tetraplégico-, el periodista apeló a la responsabilidad de la sociedad lanzaroteño y de sus representantes públicos. La respuesta fue inmediata, más inmediata de lo esperado. Aunque él no quiso desvelar el nombre de las personas que llamaron para dar respuesta a la necesidad de Manuel Pérez y de su hija, luego hemos sabido que fueron algunos empresarios y políticos como Antonio Hernández, el concejal de Urbanismo de Arrecife, o Manuel Fajardo Feo, el portavoz de Coalición Canaria (CC) en el Cabildo. El caso llegó incluso hasta oídos de la consejera de Bienestar Social del Gobierno canario, la lanzaroteña Inés Rojas, que inmediatamente transmitió su voluntad de solventar el problema a través del Ejecutivo autonómico. Estos son los milagros de la radio, los que consiguen que en un abrir y cerrar de ojos se haga justicia con una familia que llevaba dos años contemplando cómo las administraciones se pasaban la papa caliente de un tejado a otro sin mover un solo dedo. Enhorabuena a Agustín Acosta y a su nutrida audiencia, que nos consta que es algo más que numerosa. Pronto sabrán más sobre lo numerosa que es. Hasta ahí podemos leer. Por cierto, ¿y Paco Pepe qué? Pues haciendo el bobo, como siempre, y creyéndose más poderoso de lo que es. ¡Ay Paco Pepe, para lo que has quedado!

LOS MILAGROS DE LA RADIO
Comentarios