La Llorona ya tiene vástagos, quién se lo iba a decir. Ya tiene un hombro en el que buscar consuelo, en el que lagrimear a moco tendido. Parece que ahora le hacen mucho caso, no sabemos con qué intención, el Tropezón y sus mariachis, los mismos que se reían de ella no hace demasiado tiempo. Se han puesto de acuerdo y le han ofrecido su ayuda para defenderla de todos sus pecados. Lo malo es que la Llorona no sabe dónde se está metiendo. El Tropezón y sus mariachis son más pecadores que ella, mucho más, sobre todo por su habilidad para perpetrar los más tremendos hurtos y para desfigurar la verdad de las cosas, empecatando todo y llevándose por delante a quien pillan. Sigue así, Llorona, sigue derramando lágrimas y pidiendo favores a quien sólo te va a dar puñaladas cuando llegue la ocasión.
LA LLORONA ENCUENTRA COBIJO
18 de diciembre de 2006, 13:36