La verdad es que no vamos a terminar el año de la mejor manera posible. Más bien todo lo contrario. Lo estamos terminando con informaciones que nos llenan de preocupación. Nos hemos enterado, al menos así nos lo han contado fuentes de toda solvencia, que hay un grupo de engendros que se está dedicando en las más avanzadas horas de la madrugada a interrumpir el sueño de algunos políticos serios y honestos -qué pocos nos quedan- para intentar amedrentar y teledirigir las investigaciones serias y rigurosas en las que andan metidos. Imaginamos que estos políticos habrán puesto el caso en manos de la justicia, como imaginamos que la policía estará haciendo las averiguaciones oportunas. Y es que, en una sociedad como la nuestra, en la que presumimos siempre de estar a la vanguardia de todo, no se puede consentir que algo así suceda. El objetivo de los amenazadores nocturnos está muy claro: quieren asustar al personal, asustar al político serio. Esperemos que no consigan su objetivo, y esperemos sobre todo que se descubra quiénes son estos miserables. ¿Hasta cuándo habrá que soportar el imperio del terror que algunos quieren imponer, hasta cuándo habrá que soportar a este tipo de ratas de alcantarilla?
