Sabido es que el Partido Popular (PP) es una formación tremendamente rácana en todo lo que se refiere a gastos. Lo que no es tan sabido es que esta formación también se está especializando en no pagar lo que contrata, lo que debe, cosa que debería preocupar a sus integrantes, y en especial a gente como su candidata al Senado, Astrid Pérez. Esta joven y prometedora abogada, que hizo un papel más que digno durante las elecciones, no recibió el apoyo del partido que esperaba. Y eso no lo decimos nosotros, lo dicen los hechos y lo dicen aquellos que estuvieron con ella. Pregunten. Se embarcó en una empresa que sabía que era difícil (por no decir imposible) y a la hora de la verdad se vio más sola que la una. Mucho más cuando ha sabido que Doña Loly y compañía ni siquiera se han molestado en pagar lo poco que han contratado. La palabra dada para la gente del PP de Lanzarote no vale nada, y mucho menos los compromisos oficiales. Hasta lo podemos entender, puesto que Doña Loly vuelve a tener el puesto garantizado como mínimo durante otros cuatro años más. Poco le preocupa lo que le pase al resto. Por cierto, que no todo el mundo en el PP está de acuerdo con esta designación dactilar. De hecho, hay bastantes discrepantes. Otro día, porque lo tendremos que hacer, les contaremos la historia de algunos “encargos” que se han realizado al PP, y de la implicación de determinados personajes. No es oro todo lo que reluce en algunas latitudes políticas.
LAS DEUDAS DE DOÑA LOLY Y CIA
13 de marzo de 2008, 5:59