Más o menos llegamos a comprender que algunos políticos no comulguen con nuestra línea editorial, sobre todo aquellos que llevan, casi desde que empezamos a caminar en este nuevo sendero, intentando aniquilarnos. Lo que no entendemos es el consentimiento culpable de aquellos que dicen a todo que sí, que agachan la cabeza cuando saben que se están produciendo comportamientos absolutamente injustos, que al final y al cabo participan del linchamiento. Es el caso del reparto de la publicidad institucional en no pocas corporaciones, incluso en el Gobierno de Canarias, donde somos testigos, ya lo hemos denunciado, de una incomprensible marginación por parte precisamente de nuestra paisana (está claro que no amiga) Rita Martín Martín. Doña Rita sigue erre que erre con su obsesión por salir en las fotos y por gastar dinero de todos los contribuyentes en grandes campañas publicitarias. En todos los medios menos en aquellos que no bailan al son que ella toca. Ahora le ha dado por “poner un turista en nuestra vida”, debe ser tipo Gran Hermano, para que conviva con nosotros en el día a día. ¡Chiquita majadería! Cualquier día de estos Doña Rita se lleva una sorpresa. Estén atentos. En este medio, donde siempre hemos tenido vocación de ir más allá de lo obvio, del comunicado de prensa o de la habitual y teledirigida convocatoria política, queremos conocer en profundidad uno de los asuntos más peliagudos de los que siempre se plantean: la financiación de los partidos y de las campañas que hacen. Queremos saber cómo se financian los partidos, de dónde obtienen el dinero, y, sobre todo, cómo y por qué lo gastan. Nos llama la atención además, y de eso también les daremos cuenta, cómo en algunas formaciones dos o tres personas lo controlan todo, deciden el futuro de los euros que en la mayoría de los casos ni siquiera han contribuido a conseguir. Cómo también algunos utilizan a pardillos como Ñeño para conseguir sus objetivos, los embarcan en encargos que no se cumplen y que terminan mal, muy mal. Seguimos insistiendo en que el tema es grave, muy grave.
LAS CAMPAÑAS DE DOÑA RITA
11 de abril de 2008, 14:36