Cuando nos quejamos de las cosas, nos quejamos; eso lo sabe todo el mundo. Pero también, cuando aplaudimos, aplaudimos. No se nos caen los anillos para decir cuando algo se ha hecho bien. En este caso aplaudimos la determinación del Ayuntamiento de Haría para colocar finalmente la puerta del cementerio que arrancó el Delta a su paso por la Isla. Ha pasado muy poco tiempo desde que hicimos la denuncia y la puerta ya está en su sitio, lo que es todo un detalle. Lo que no debemos aplaudir, y en esto no tiene la culpa el Ayuntamiento norteño, es la actitud de determinados vándalos que pasan por el mundo con el único deseo de destruir lo que otros construyen con mucho sudor, esfuerzo y dinero de todos. Nos referimos a lo que han hecho con los magníficos percheros que se habían colocado en la playa de La Garita de Arrieta, muy útiles para que la gente se pudiera cambiar antes y después de darse un chapuzón en estos días de calores insoportables. Estos gamberros tendrían que ser perseguidos, aunque somos conscientes de que la Policía Local de Haría bastante tiene con ocuparse del vasto territorio que la Guardia Civil ha dejado huérfano de vigilancia.
HARÍA, UNA DE CAL Y UNA DE ARENA
5 de septiembre de 2006, 14:04