viernes. 02.05.2025

No hace falta ser un analista muy fino para darse cuenta de que en el Partido Socialista Canario (PSC) empieza a haber problemas de los gordos. Y cuando decimos problemas, decimos problemas. Todo viene como consecuencia del enfrentamiento ya no oculto entre su presidente, Jerónimo Saavedra, y su alumno más aventajado, Juan Fernando López Aguilar, que no olvidemos que hoy por hoy es el secretario general del partido. Como Don Jerónimo no da una sola puntada sin hilo, cualquier cosa que hace y dice se supone que está premeditada. Por eso estamos en condiciones de afirmar que el maestro va de lleno a por el pupilo. Y lo está haciendo en todas las islas, en todos los foros y en todos los frentes. Aquí lo puso de manifiesto cuando no acudió a la reunión del sector oficial de Lanzarote y sí se fue con los críticos a unas jornadas que se celebran conjuntamente con Fuerteventura. Desde entonces han pasado más cosas, como la salida de Don Jerónimo en defensa de las tesis marcadas por el Gobierno en su pelea con los docentes que reclaman la homologación con el funcionariado de la Comunidad Autónoma. La última la de este miércoles, cuando López Aguilar no supo ni quiso responder a la rajada de su presidente sobre la incompatibilidad de su cargo de secretario general con el de ministro. ¿Es incompatible el cargo? Pues en realidad no, porque el señor Montilla ya lo fue en su día, fue ministro y secretario general del Partido Socialista de Cataluña, también PSC. ¿Quiere tocarle las narices Don Jerónimo a su alumno aventajado? Pues está claro que sí. ¿Cuál es la razón? La podemos imaginar. Como ocurre con muchos jóvenes que llegan demasiado pronto al poder, al señor López Aguilar toda esta historia se le podría haber subido a la cabeza. Eso provoca que ya no haga caso de nada ni de nadie, ni siquiera de su sabio maestro. ¿Qué problema puede tener Don Jerónimo? Que López Aguilar cuenta en estos momentos con algo más que la simpatía de la cúpula dirigente del partido en Ferraz, especialmente la de su secretario general, José Luís Rodríguez Zapatero. ¿Qué problema puede tener López Aguilar? Que no es el primer caso de secretario general que va a por lana y sale trasquilado. Si nosotros tuviéramos que apostar dinero en el combate -no sabemos hasta dónde va a llegar o hasta dónde lo van a hacer llegar-, lo tendríamos claro, apostaríamos por Don Jerónimo, y eso que hoy por hoy parece tenerlo más difícil. Si el ministrable se empeña en tensar la cuerda puede llevarse una sorpresa. Don Jerónimo maneja los hilos de la política canaria mejor que nadie, y, lo que es una baza más importante a su favor, conoce el partido en todas las islas mejor que nadie. ¿Puede estar haciendo Don Jerónimo una estrategia de adhesiones a la causa? Pues puede. ¿Qué ocurre en Lanzarote? Aquí la actual cúpula dirigente, con Manuel Fajardo, Carlos Espino y Miguel González a la cabeza, son totalmente pro López Aguilar. ¿Quiere decir eso que si gana Don Jerónimo la batalla alguno de estos personajes lo puede pasar mal? Pues sí, porque si hay guerra, y en el PSOE las guerras son cruentas, el vencedor no dejará heridos, terminará con todos de forma despiadada. Esperaremos a ver por dónde caminan las cosas. No hablamos de tiros para no gafar a nadie, para que nadie sufra un percance similar al del Marqués.

GUERRA EN EL PSC
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