Quien mal anda mal acaba. Alguien se ha venido “forrando” en comandita con un mangante de mucho cuidado y cuando está viendo que, mas pronto que tarde, su juego puede quedar al descubierto intenta, denodadamente, blindarse. La cosa la tiene bien difícil porque aunque tiene algún que otro padrino, en desuso, estos, - (por lo del desuso) ya poco o nada pueden influir en el presente y mucho menos en el futuro. Pronto habrá un “macanazo” de padre y señor mío para lo que algunos tendrán que pedir paraguas de acero porque el “chaparrón” será intensísimo. Estén atentos dado que desde la vertiente “pilística” se tiene munición de primera magnitud y no para almacenar. Avisamos para que no cojan a estos parásitos con el culo al aire.
Por otra parte una sabandija - mejor sabandijo - esta acudiendo a “mamá” compresión para que le sirva de avalista. Claro que la “mamá” está más para protegerse que para ser protectora y por tal consideración uno otea en el horizonte del Sabandija/jo negrísimos nubarrones que amenazan con fuertes descargas. No pidas clemencia ahora cuando antes fuiste inclemente y perversos. El devenir de los tiempos sitúa a cada cual en el lugar ademada, que por sus obras, merece.
Por si alguien coge el rábano por la raíz queremos manifestar que nos referimos a tipos, ralitos, del ámbito político. Si, sabemos que usted se estaba marchando por en sedero equivocado porque aunque en el otro campo también los hay de cuidado no es por ahí por donde andamos de momentos. Igual, pronto entramos en el rato capitular de unas historias reales que son terroríficas. Tiempo al tiempo Atilita segundo no rey de los unos y si que depredador de los otros. A todo cochino le llegará su Lepanto - (nos gusta mas esta epopeya) - por mucho que quiera eludirla.