Algunos de nuestros estimados lectores se quejaron ayer de que hemos cambiado la dinámica de los personajes, y que ahora se hacen un lío. Efectivamente, en el capítulo anterior hablábamos de una joven con aspiraciones en el mundo de la política que acaba de aterrizar en determinado partido y que quiere progresar, una joven que promete, desde luego, porque tiene lo que hay que tener para triunfar en el depauperado mundo de la política, pero que la pobre se ha tropezado de lleno con un avinagrado personaje de esos que tanto abundan por estos pagos de Dios que le está haciendo la vida imposible. Bien, debemos decir que el avinagrado personaje no es El Vinagre de toda la vida, ese que ustedes y nosotros conocemos. Es otro del que ya contaremos más cosas cuando tengamos más tiempo y espacio para hacerlo.
EL VINAGRE
25 de diciembre de 2006, 12:36