Ya les contábamos en nuestra edición anterior las andanzas y desventuras (más desventuras que andanzas) del personaje que responde al nombre del Sefardita, esta especie de judio que arrastra su culo por la Isla con peores intenciones de las que tiene una manada de perros hambrientos después de rodear a un gato en un callejón sin salida. Les hemos explicado, y si no lo cogieron insistimos ahora, que el Sefardita, a pesar de su raíz eminentemente judía, procede también de los vándalos y de los alanos, las primeras tribus bárbaras que entraron en la Península allá cuando el Calvo Multiforme todavía tenía pelo. Por su forma de actuar, muchos pensaron que procedía directamente de los hunos, del terrorífico pueblo de Atila, ese que por donde pasaba su caballo no volvía a crecer la hierba. Un efecto parecido es el que produce el Sefardita, porque por donde pasa no vuelve a crecer la hierba. Nos cuentan que el revenque en cuestión se ha asociado con “El Grabador”, conocido también como Charlín. Chiquito dúo que van a formar estos. No decimos nada si al final se confirman los rumores y se les unen Elvis y Bigote Arrocet, los cuales, por cierto, parece que están dale que te pego ensayando en la intimidad algo parecido a la canción tirste de Hill Street. Algunos piensan que es tal la devastación que produce el Sefardita, que no sería extraño que estuviera detrás también del desastre ecológico de Galicia.
