En más de una, dos y tres ocasiones hemos dedicado artículos a describir las extrañas andanzas del Picudo Rojo, ese bichito que se instaló en nuestras tierras como la peor de las plagas y que parece que no hay manera de arrancarlo. El caso es que nos hemos enterado que el Picudo Rojo con mayúsculas, este personaje vinculado con la política, no afecta sólo a las palmeras. Anida ya en cualquier lugar, y de qué manera. Eso sí, parece que los que le conocen le ven últimamente más desmejorado que nunca, con peor cara de la que habitualmente suele tener. Está, como dirían los más finos, atravesando su peor momento emocional. Ahora, como ya hizo en su momento para llegar a un determinado lugar que evidentemente le ha quedado grande, parece que va a tener que ir detrás de determinados traseros. Y es que, nadie lo pone en duda, el Picudo Rojo tiene un rechazo terrible. Que no diga que no estaba advertido, que no diga que no le advertimos en su momento de que caía bastante mal. La antipatía de estos bichitos se termina pagando.
EL PICUDO ROJO
25 de septiembre de 2006, 14:23